Más allá de si el padre de su hijo es o no Pepe Navarro, Ivonne Reyes tiene una vida, eso sí, más alejada que antes de los focos. Tan discreta que ahora nos hemos enterado de que hace poco más de un año estuvo a punto de morir. De hecho, se despidió de sus seres queridos pensando que no iba a sobrevivir.

Se lo ha contado a Terelu Campos en la revista Lecturas. Fue en octubre de 2020, seis meses después de pasar la covid, cuando comenzó a sentirse mal. Fuertes dolores de cabeza, tiritonas, cuatro días en casa con hasta 41 grados de fiebre y sus consiguientes delirios le llevaron al hospital, donde pasó diez días e ingresó en la UCI. "Se supone que tenía cistitis. La infección pasó a todos los órganos y me diagnosticaron septicemia. Hay poca gente que sale de la sepsis", relata la venezolana.

La septicemia o sepsis es una infección generalizada producida por la presencia en la sangre de microorganismos patógenos o de sus toxinas, que empeora muy rápido y puede causar la muerte. De hecho la presentadora de televisión asumió que se moría y se lo comunicó a sus seres queridos, excepto a su hijo Alejandro, que permaneció aislado, al no encontrar fuerzas para decírselo.

E incluso planteó su entierro y buscó obtener la extrema unción antes de morir. "Llamé a un cura porque quería la bendición para irme en paz", recuerda Ivonne Reyes, que afortunadamente logró revertir la situación y pasar a planta, para ser dada de alta tras diez días de ingreso. "Me di cuenta de que la vida se puede acabar en segundos y me planteé cuánto tiempo tenía. Ahora es bueno recordarlo para valorar que cada vez que abro los ojos tengo que ser agradecida con la gente y con todo lo que tengo", afirma la venezolana en la revista Lecturas.