Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, no para de aparecer en los medios de comunicación con cualquier excusa. Cualquiera diría que está en campaña permanente para quitar el puesto a su jefe en el PP, Pablo Casado, e incluso postularse para disputar a Pedro Sánchez la presidencia del Gobierno en un futuro no muy lejano.

Lo último que ha hecho para llamar la atención ha sido enfundarse un mono de color rojo y subirse a un coche para conducirlo en el circuito del Jarama.

La imagen de la presidenta con un ajustado traje de cuero rojo de competición no ha dejado indiferente a nadie, sobre todo las personas acostumbradas a verla aparecer en los medios con su vestimenta oficial el cásico y formal traje de chaqueta con falda o pantalón.

Las pintas que tenía el martes, en un acto en el circuito madrileño, que a partir se llamara oficialmente Circuito de Madrid Jarama-Race, han recibido más críticas que halagos por cambiar su indumentaria habitual para lucir más deportiva que nunca en una actitud más progandística que otra cosa y para ensalzar aún más su desorbitado ego.

Ayuso se paseó entre los coches y motos clásicas del circuito, entre ellas la Derbi de Ángel Nieto y algún que otro deportivo de alta gama antes de un mono y casco de competición, junto al presidente del RACE y responsables de los cursos de conducción, y dar unas cuantas vueltas al trazado como copiloto y luego piloto sobre un Cupra Born eléctrico, ya que el trazado también se vuelca con la electrificación para acoger competiciones y actividades eléctricas.

"La primera frenada ha sido uff, pero luego quieres más", reconoció a la prensa la presidenta, enfundada con un mono rojo. “Bueno al principio me han llevado en plan Paseando a Miss Daisy, pero luego mejor, aunque las actividades de riesgo las aflojo un poco, como esquiar, porque si me lesiono o me hago daño es un problema ahora", aseguró Díaz Ayuso que recomienda y promete "hacer cursos de conducción para mejorar el pilotaje".

Eso sí, la presidenta madrileña no perdió ocasión de meterse con el Gobierno o de criticar el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores. Cualquier momento es bueno para atizar a la izquierda. Vamos, el típico populismo de Ayuso pese a estar vestida de rojo y con su nombre en letras bien grandes en el cinturón.