Lo importante es que el trabajo llama a la puerta de su casa en Bilbao, lo mismo para un papel en teatro en las obras Altsasu o Yerma como para protagonizar la película Nora, o para, como el año pasado, poner imagen a la Durangoko Azoka, o ser miembro del jurado del festival Euskal Zine Bilera de Lekeitio. Y la última: acaba de ser nombrada, junto a María Goiricelaya (ambas creadoras del sello artístico La Dramática Errante) directora artística del Festival de Teatro de Olite, en Navarra, noticia que se supo en la última semana del año pasado. Cosecha del 84, cumplió en octubre 37 años con una vitalidad ejemplar y una máxima positiva en su artística mente: "No pasa nada, y si pasa se le saluda". Le saludamos.

¿Qué fue antes, ilustradora o actriz?

No lo tengo muy claro [lo piensa]. Comencé a estudiarlas a la vez. Quizás primero las artes plásticas y a continuación las escénicas.

Pero, ¿desde niña fue teatrera?

Pensaba que no, que eran cosas de niños, pero ahora que tengo muchos sobrinos me doy cuenta de que sí, que me encantaba bailar, disfrazarme€ Y sigo pensando la primera pregunta: creo que empecé a estudiarlas a la vez.

Tenía el corazón lleno de arte. ¿Cómo surgieron en sus ilustraciones los Corazones rellenos?

Como ejercicio personal de creación para una exposición a la que dije que sí. Luego pensé: Ostras, que he dicho que sí€ [risas]. En un principio hice tres, como serie mental. Fue en un viaje en Portugal y me apetecía jugar con la idea del corazón como contenedor de otras imágenes.

De hecho, el año pasado uno de esos corazones mutó en cartel de la Durangoko Azoka.

¡Baaai! Voy todos los años y soy de comprar de todo. Recuerdo que hace años compré Amerikanoak, de Audience. Y desde que se publican libros de Antzerkizale Elkartea voy haciéndome con ellos cada año.

Y cuando por la pandemia la feria no fue presencial, ¿compró online

Sí. Jenisjoplin, de Uxue Alberdi, y del colectivo de mujeres creativas de Durango llamado Txakur Gorria, compré más, pero ahora no me acuerdo.

Será casualidad, pero se ve cierta moda de ilustraciones en libros de blanco, gris, incluso en libros infantiles€ No es su caso.

Quizás ha coincidido. Es verdad que existen corrientes o gente que trabaja sobre las mismas técnicas o conceptos. Yo veo mucho color a mi alrededor, y por otra parte creo que no hay ningún problema en que los libros infantiles no rebosen de color. Para contar ciertas cosas o como propuesta de ese libro, puede ser la mejor opción.

Hablando de colores, ¿cuál le pondría a la película Nora

Desde el estreno de la película y con la decisión del cartel creo que no hay duda de que el color de la película es el azul de la Dyane 6, un azul clarito, aunque yo también creo que podría ser un turquesa.

Actuando en la película 'Nora'.

¿Por qué dice turquesa?

Por algo que ocurre en la peli. Le roban las pinturas, y compra solo tres: amarillo, negro y turquesa. Pero tiene más que ver con una percepción personal.

Ha citado el negro. ¿Es un color?

¡Ya estamos! [risas]. A nivel técnico, el negro es la ausencia de color, pero si tú a un niño le preguntas por ese color, te dirá que es negro. Con esto quiero decir que si no hablamos de definiciones técnicas, todos lo entendemos como otro color más.

Volviendo al origen de esta entrevista: le conocimos antes como ilustradora.

Puede ser. Quizás el teatro sea aún más minoritario que la ilustración.

¿Es cierto que ha resurgido? La ilustración está tomando mucha fuerza.

Yo creo que hace ya tiempo que resurgió, que cobró un espacio, propio quizás a partir de las tecnologías. Date cuenta de que hoy en día a todo le hace falta una imagen, por lo que ya cogió su lugar. Si vuelve a resurgir es porque estamos en un buen momento para las artes visuales, que proponen mensajes más ricos que los bancos de imágenes, a los que se acude tantas veces.

También es buen tiempo para el cine en euskera, con más producciones que nunca. ¿Qué películas se han quedado en su persona?

De forma especial Amama. Me encanta y tengo como una conexión. Hay imágenes que me resuenan de vez en cuando. También Loreak, Handia -con una dimensión especial-, o Ilargi guztiak€

[En este momento suena el telefonillo de la puerta de su casa en Bilbao. Ane se disculpa. Es su hermana, que sube. Es su cumpleaños, nos chiva mientras se ríe].

La industria vasca del cine también va cumpliendo años...

Es que hay mucha gente muy buena aquí. Se está haciendo más y más, e incluso gente de fuera viene a rodar aquí. ¡Ojalá que no sea una moda! Ojalá siga creciendo esta red de trabajo y proyección. En Nora hay cambios de idiomas de una forma muy orgánica y natural. Las películas en versión original permiten que se pueda crecer en idiomas, una naturalidad lingüística para llegar más lejos. [Se cierra la puerta. La hermana de Ane saluda. Tras la felicitación, le pedimos que haga de interlocutora].

¿Cómo es Ane como hermana?

Uxue Pikaza: Una maravilla. Lo mejor. Emocional, disfrutona... Es mi hermana favorita. [Entra Ane en el diálogo].

Ane Pikaza: Soy la única hermana que tiene. Uxu también es mi hermana favorita.

Documentándome para la entrevista, le sitúo viendo la exposición de Chagall en el Guggenheim.

¿Por qué?

Vi una animación suya de dos mujeres besándose como flotando en el aire que me recordó a escenas clásicas del histórico ruso.

Pues sí, estuve. La animación que dices era del festival Zinegoak, como ahora estoy haciendo Zinemakumeak. Chagall me gusta porque aita tenía un libro suyo en casa. Lo relaciono con mi padre de algún modo. Sin embargo, mis mujeres flotando en el agua están inspiradas en un corto de mujeres obesas que hacían natación sincronizada.

Me gusta cuando dice que la ilustración es introspectiva y en soledad, mientras que el teatro es estar con personas.

Son disciplinas diferentes. Ilustro yo sola, en mi casa, salvo si es un proyecto con una editorial o un escritor, pero el teatro se hace en equipo y necesitas de gente. Es más de equipo.

Firmó la imagen de un videojuego para el famoso grupo indie Vetusta Morla...

Fue gracias a un amigo que es el creador del videojuego, Arturo. Se tituló Los ríos de Alice. Vetusta Morla son un grupo referente para mí. Soy fan de pocas cosas, pero de ellos puedo decir que sí.

Izaro pone música a la canción de Nora.

La conocía de antes, aunque no personalmente, y es una joya de mujer, una persona con mucha sensibilidad y con un discurso que me interesa mucho. Conocí su canción en maqueta un año antes y la escuché muchísimo durante la época de rodaje. La película en ese tiempo fue mutando, pero la canción seguía respondiendo a la esencia.

¿Qué verso destacaría de ella?

Jakin nahi nuke ze usain duen itxasoak barrutik. (Me gustaría saber qué olor tiene el mar por dentro).

¿Se imagina celebrando el Goya este 2022?

Con esta película hemos celebrado muchas cosas. Estrenarla en medio de una pandemia fue sin duda el mejor premio. Los Goya me parecen otra película, pero ojalá Nora pueda colarse con alguna de sus candidaturas.

Además, pone en escena Yerma y Altsasu.

Suena a frase hecha, pero nuestro reconocimiento es el encuentro con el público.

¿Cómo vivió el denominado caso Alsasua?

Como todos, con incredulidad. Hay una cosa muy bonita que me dijo una amiga: Y yo, que me había olvidado de esto... La obra ayuda a no olvidarnos de ello, a recordar que hay cosas que siguen estando presentes. Es complicado que las partes implicadas crean que la obra tiene la medida justa, pero gracias a ella podemos seguir hablando y reflexionando sobre lo ocurrido.

¿Cuántas horas tiene un día de Ane?

36, y aun así se me acumulan.

Volvamos a Nora. ¿En qué se parece usted a la protagonista del film?

En que ella se parece físicamente a mí porque soy yo [risas]. Ha sido un proyecto muy potente para mí porque nunca había hecho un papel protagónico. No construí un personaje alejado de mí, sus palabras no son las cosas que diría Ane Pikaza, pero trabajé para que resonasen en mí a verdad. Siempre decimos que es una especie de Frankenstein de Lara Izagirre y Ane Pikaza.

¿Haría el viaje que lleva a cabo la protagonista?

Es un viaje corto en distancia, pero necesario para ella, como hacer turismo interior. Todos hemos hecho ese viaje alguna vez, en coche o no.

¿Tiene como espina pendiente la danza?

No, no, no€ Me gustaba y me gusta bailar porque es una forma de estar presente. Bailar me hace estar ahí y ahora. Es como el momento en el que actúo, donde no hay móviles, ni distracción. Estás concentrada al cien por cien, y es esa concentración plena, como cuando estoy con una ilustración, cuando el tiempo es elástico.

PERSONAL

Nombre: Ane Pikaza Ereño.

Nacimiento: 26 de octubre de 1984 en Bilbao, villa en la que reside.

Inicios de interpretación: En la histórica serie de ETB Goenkale.

Lo último: Protagonista de la película Nora, de la zornotzarra Lara Izagirre, y actriz en las obras de teatro Yerma y Altsasu. Ha sido nombrada directora artística del Festival de Teatro de Olite.

Un libro de ilustración: Extrañeza y maravilla del juguete ilustrado.

Un libro: Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado, de José Luis Cuerda.

Un disco: La deriva, de Vetusta Morla.

Una canción: Milagro, de María Arnal.

Un concierto: Izaro en Lekeitio el verano pasado.

Un lema: "No pasa nada, y si pasa se le saluda".

Una virtud: La buena memoria para las caras.

Un defecto: La mala memoria para los nombres.

Una manía: Hacer la cama todas las mañanas.

Un destino que conocer: Islandia.

Un destino que repetir: México.

Una ilustradora: Leire Urbeltz (quien le recogió el testigo en el diseño del cartel de la Durangoko Azoka).

Un ilustrador: Jesús Sotes.