Dentro de esos actos protocolarios que los reyes suelen protagonizar para aparecer más cercanos al pueblo llano, como visitar escuelas, recorrer pueblos perdidos, ver cómo se recicla el vidrio o asistir a la inauguración de una escuela, este lunes Felipe y Letizia se subieron a un autobús urbano.

Loable acto para mezclarse con la gente trabajadora pero en el que lo que más llamó la atención fue la confesión del rey a los periodistas de que era la primera vez que se montaba en un bus de esas características. A sus 53 años. Bien es cierto que su seguridad, desde niño, le obliga a desplazarse en coche o avión oficial, pero no deja de ser sorprendente que en más de medio siglo de vida nunca haya vivido una experiencia como esa. Y que además lo verbalice, un comentario que le aleja de una gran parte de la sociedad que se desplaza a diario en transporte público.

Eso sí, para su esposa la experiencia no fue novedosa. Al parecer, Letizia Ortiz sí utilizaba el autobús urbano cuando dejó Oviedo para iniciar una nueva vida en la capital de España e incluso a veces para desplazarse a Televisión Española, donde trabajaba en los Servicios Informativos antes de conocer al entonces príncipe Felipe.

Ambos se subieron en esta ocasión a un autobús, junto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para conmemorar el 75º aniversario de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT). La situación no pasó desapercibida para muchos tuiteros, que se sorprendían al ver las imágenes de las autoridades en un autobús semivacío, cuando lo habitual es que los estudiantes y trabajadores se hacinen en ellos como sardinas en lata. Y que desplegaron su humor y su ironía en numerosos tuits que recreaban las posibles conversaciones de los monarcas.