Sus apellidos no son Gates, Bezos, Musk u Ortega, pero son las familias (no las personas) más ricas del mundo y pertenecen a sectores de lo más variado: desde supermercados a alimentación pasando por petróleo o moda. Todo ello si nos creemos la lista que cada año publica la revista Bloomberg. ¿Cómo han llegado estas sagas familiares a amasar semejantes fortunas?

Sumando los patrimonios (declarados) de las 25 familias más ricas ya acumularían más dinero (1,7 billones de dólares) que el PIB de España, y en la cúspide de la riqueza están los Walton (238.200 millones de dólares), tres hermanos que son los máximos accionistas del imperio de supermercados Walmart, fundado en 1962 en Arkansas, Estados Unidos, por Sam Walton. En este caso la unión hace la fuerza, porque mirando el patrimonio de los hermanos por separado, el mejor colocado en la lista de ricos sería Jim Walton, que no pasa del puesto 16 en la lista Forbes, con 64.000 millones de dólares.

En el número 2 se encuentra un apellido con sabor a chocolate: Mars. Jacqueline Mars gestiona hoy el patrimonio de su abuelo Frank (141.900 millones), que empezó a vender dulces en 1902 y creó las chocolatinas Mars, Snickers o M&Ms, entre otras, que no pueden faltar en cualquier máquina de vending.

Completan el podio, con 124.400 millones de dólares, los hermanos Koch, Frederick, Charles, David y William, estadounidenses de origen holandés. Harry Koch, natural de Países Bajos, emigró y se instaló en Texas, donde desarrolló un proceso innovador para refinar petróleo que le llevó a construir refinerías por todo el país e incluso por la Unión Soviética. El éxito le permitió ampliar y diversificar el negocio, que ahora, con sus nietos al mando, también incluye fertilizantes, polímeros, químicos y servicios financieros.

Acechando los puestos de honor se encuentra Hermés, empresa francesa de moda de lujo, cuya quinta generación atesora 111.600 millones de dólares. Sus bolsos Birkin son la joya de la corona: se llegan a vender por cientos de miles de dólares. Y tras ellos aparece la familia real saudí, que acumula una fortuna de unos 100.000 millones de dólares generada gracias a los petrodólares pero que se estima que podría ser mucho mayor.

Esta lista hay que tomársela con reservas, ya que parece evidente que hay grandes ausencias, como los Rockefeller y los Rothschild, con fortunas imposibles de rastrear (aunque viendo las últimas revelaciones periodísticas sobre los paraísos fiscales nada es imposible) que podrían encabezar esta enumeración de familias multimillonarias a mucha distancia de sus perseguidoras.