Ainhoa Arteta, originaria de Tolosa, ha vuelto a acaparar los titulares tras su último escandaloso divorcio. Y es que la cantante lírica, que recientemente estuvo enferma con covid, a pesar de todo no ha dado su brazo a torcer.

Este es el cuarto divorcio, pero el que más se ha comentado porque al parecer todo el mundo tiene algo que decir. El matrimonio entre la cantante y el militar, Matías Urrea, llegó a su fin dos años después de la gran boda celebrada en Cádiz.

La expareja espera poder solucionar los trámites de divorcio cuanto antes pero hasta entonces han querido mantener todo con discreción para evitar las especulaciones de la gente. Sin embargo, han asegurado que una vez finalizado el proceso, darán a conocer la decisión por medio de un comunicado.

Según allegados del todavía matrimonio, llevaban bastante tiempo mal con su matrimonio y se habían distanciado en los últimos meses. Por su parte, Arteta ha decidido trasladarse a vivir a Bilbao para dar un cambio a su vida.

La aclamada artista ha vivido un año bastante complicado, ya que como consecuencia del coronavirus ha sufrido secuelas que la han dejado incluso en silla de ruedas. Y por si fuera poco, se ha dado a conocer que a finales del mes de agosto, la cantante habría sufrido una parada cardíaca que tuvo una larga duración. Como consecuencia los médicos tuvieron que amputarle varios dedos.

Vendida por su entorno

Hasta hace poco nadie se había pronunciado acerca del divorcio, únicamente se sabía muy por encima las razones que llevaron a producirlo.

El entorno de la pareja ha decidido romper el silencio y aseguran que Arteta no trataba bien a su marido, e incluso algunos dijeron que era algo esperado porque todos los que estaban cerca de ellos conocían cómo era la situación.

"A Ainhoa hay que llevarla a los sitios, lo ha tenido ahí como un mayordomo durante estos dos años, no entendíamos qué hacía él ahí. (...) No le trataba bien delante de todos nosotros en fiestas y reuniones, tráeme esto, tráeme aquello, mira cómo lo tengo... Ella iba de diva, una cosa de locos...", aseguran.

Los amigos han querido dejar bien claro que él lo había dejado todo por ella, desde su buen trabajo en Bruselas hasta la vida militar. Afirman que la seguía a todas partes, que si ella se tenía que ir a Moscú, él iba detrás.

Mientras que ella se creía superior, según los allegados, él se desvivía por ella y estaba siempre a su lado apoyándola.

Por el momento, es difícil saber quién está en lo correcto. Queda esperar que los propios protagonistas de esta historia sean quienes hagan declaraciones a su debido momento.

Mientras que él se ha mudado a un piso en Madrid con su hijo, fruto de su primer matrimonio, ella está en Bilbao cuidando de su delicada salud.