La actriz tuvo su primera oportunidad gracias a la recomendación de su hermana, la cantante Rebeca Jiménez, consiguiendo que David Trueba se fijara en ella y le diera el personaje protagonista de La buena vida. Tuvo el premio de una nominación a los Goya como Mejor actriz revelación. La joven consiguió así una gran popularidad que supo aprovechar y un año después de haber rodado esta película, la televisión se fijó en ella para una de las series que más espectadores recabó a finales de los 90, Al salir de clase, donde durante más de un año se convirtió en Silvia Castro. La serie revolucionó a los espectadores juveniles de la época, que se volvieron locos con los actores que la protagonizaban.

Lucía vivió esos momentos de locura con resignación, y siempre ha confesado que aquella fama le aturdía. Dejó el personaje y también aparcó la televisión para dedicarse en cuerpo y alma al cine, un medio más tranquilo y que no convertía tanto a sus protagonistas en carne de cañón del mundo mediático. Aun así participó en tres TV movies: Jugar a matar; El cruce y Cámara oculta.

Tras ser uno de los rostros que más se veían en las carteleras cinematográficas volvió a la pequeña pantalla con la serie de TVE La señora. En esta historia permaneció durante 40 capítulos y fue el trabajo que le cambió totalmente la vida personal, ya que allí coincidió con Benito Sagredo y saltó la chispa. Se convirtieron en pareja en 2008 y hoy tienen tres hijos en común, formando uno de los matrimonios más estables del mundo de la interpretación. Y aunque no se prodigan mucho en sus apariciones juntos dicen que se complementan al cien por cien, tanto en los profesional como en lo personal.

La popularidad de la actriz segoviana ha ido decayendo con el paso del tiempo, aunque cabe destacar que participó con personajes secundarios importantes en series como 14 de abril: La República, además de en la fallida Capitán Alatristre, en La sonata del silencio o en Amar es para siempre, producción en la que trabajó durante una temporada completa. Su último trabajo televisivo ha sido una pequeña colaboración en la historia creada por Aitor Gabilondo Madres. Amor y vida.

Casi 40 es, de momento, su última película. Se estrenó en 2018 y fue David Trueba, el director que la descubrió, quien estuvo al frente del proyecto. Es solo uno de los grandes con los que ha trabajado en la pantalla grande, donde comparte créditos con Montxo Armendáriz, Emilio Martínez Lázaro, José Luis Garci, Álvaro Fernández Armero y Mariano Barroso, por ejemplo.

Ha combinado su trabajo como actriz con la participación a modo de invitada en entretenimiento: Tu cara me suena o El gran reto musical. Ha diversificado sus intereses y ha abierto una juguetería en la que ha puesto todas sus ilusiones de cara al futuro, aunque siga optando por una profesión en la que lleva inmersa 25 años. Y de la que está hoy bastante fuera de cámara.