El pan es uno de los alimentos clave de la gastronomía. No falta nunca en la mesa: ni para desayunar, ni para comer, ni para cenar, y es la base de cualquier picoteo, ya sea dulce o salado.

Si hablamos de recetas, la variedad es inmensa, y parece mentira que a partir de cuatro ingredientes -harina, levadura, agua y sal- se puedan hacer tantas versiones y tan sabrosas. No hay más que hacer un viaje por la geografía del Estado español para comprobar que existen más de 300 tipos diferentes de pan y costumbres propias para consumirlo: en rebanadas con mantequilla, en pan con tomado frotado, acompañado de un chorro de aceite y miel (o de aceite y sal), con embutido, con mermeladas...

Vamos a repasar algunos de los formatos más populares viajando desde Galicia hasta Gran Canaria.

En Galicia. Pan de Broa. Si viajamos hasta Galicia tenemos que probar el Pan de Broa. Harina de maíz, harina de trigo o centeno y levadura natural son los ingredientes de este típico pan gallego de larga elaboración. El Pan de Broa es, además, un alimento imprescindible en la noche de San Juan para acompañar a las sardinas. De textura rústica, corteza crujiente y miga compacta, es perfecto para sopas y caldos.

En Valladolid y Palencia. Pan Fabiola. Si queremos probar un pan de miga dura excepcional hemos de trasladarnos hasta Valladolid o Palencia. El Pan Fabiola, cuyo nombre hace honor a la reina Fabiola de Bélgica, pertenece a la Marca de Garantía de Castilla y León, lo que supone que es un alimento protegido y reconocido como parte de la gastronomía de la provincia de Valladolid. Podemos aprender a elaborar este pan bregado, tanto de manera tradicional o con forma de picos, en el Museo del Pan de Mayorga (Valladolid).

En Cataluña. Pan Payés. Este tipo de pan rústico o de pueblo es típico de Cataluña. Gracias a su corteza gruesa, la miga se mantiene blanda durante más días, lo que permite una mejor conservación. Además, este pan de forma redonda, y que se suele cortar en rebanadas para presentar al comensal, tiene menos grasas que otros panes, lo que lo hace ideal en estos tiempos.

En Gran Canaria. Pan de papa. Aparte de los ingredientes tradicionales, este pan incluye papas, azúcar, canela€ lo que lo convierte en un pan dulce. Si quieres probarlo puedes acudir en alguna escapada vacacional a algún mercadillo agrícola de los que se celebran en la isla, ya que muchos agricultores venden este tipo de pan elaborado con papas de sus propias cosechas.

En Cádiz. Pan Manolete. Es el típico pan gaditano y su forma ovalada es absolutamente característica. Este pan de masa dura y tamaño medio presenta una corteza tierna y semigruesa y una miga esponjosa y consistente. Su olor y sabor son muy agradables.

En Castilla-La Mancha. Pan Bendito. Este pan blanco es típico del interior de la península, sobre todo de diferentes zonas de Castilla-La Mancha. Aparte de los ingredientes habituales, se le añaden manteca de cerdo y aceite de oliva.

En Teruel. Pan de Cañada. Podemos reconocer fácilmente este pan gracias a su característica forma ovalada, su poco grosor (de apenas 6 cms.) y sus hendiduras. Se trata de un pan de origen medieval elaborado por los pastores para sus largos viajes, ya que aguanta muy bien el paso de los días.

En Málaga. Pan Cateto. Es una hogaza de pan capaz de soportar varios días sin perder sus cualidades. Se trata de un pan blanco, de miga compacta, prieta y apenas alveolada. Habitualmente se utiliza para preparar el salmorejo. Panes similares se elaboran en otras zonas y en cada una de ellas recibe su propio nombre, lo que sigue hablando de la riqueza de este mundillo.

En Burgos. Torta de Aranda. La Torta de Aranda es un tipo de pan singular cuyo nombre procede de la localidad burgalesa de Aranda de Duero. Se trata de piezas planas, redondeadas y con un color dorado que se debe al aceite de oliva. Al hornearlas suflan ligeramente, por lo que presentan una superficie irregular. Tortas similares se elaboran por toda la geografía del Estado español, pero estas tortas han cogido mucha fama.

En Castilla. Pan Candeal. También conocido como pan sobao, pan bregao, pan blanco o pan macerado, es típico de muchas zonas, entre ellas, de Castilla. Su nombre se debe a que se elabora con harina de trigo candeal, una harina fina y de poca fuerza, y se presenta en diferentes formas y pesos, aunque la más habitual es una hogaza redonda y compacta que en su interior tiene la miga muy densa, trabajada y blanca.