Amada por muchos, pero denostada por buena parte de la profesión (Ferreras, Grisos, Gabilondos, y también por compañeros de sus mismos platós), lo que resulta incuestionable es que es un referente cultural. Ni bueno, ni malo. Pero siempre enclavado en ese movimiento 'Pop' que tantos memes, vídeos y 'trendings topics' ha gestado en torno a su imagen. Dice J.J. Vázquez que nadie luce mecha ni 'lip liner' como ella. Y no se equivoca: la artista Victoria Picazzo acaba de sacar una línea de 'bolsos cuadrado' con su rostro.

Cuando Lydia Lozano llora en Sálvame, o en su versión Deluxe, muere un inocente gatito. Pero Paolo Vasile y los altos mandos de La Fábrica de la Tele se frotan las manos. Con jugo, sonrisa y regusto. Saben que el próximo share rozará máximos y que la famosa periodista habrá gestado otro inolvidable momento. Un buen baile chuminero, una acalorada discusión con Antonio David, o esos resbalones que le han lanzado al estrellato internacional (apareciendo en programas zapping de Estados Unidos).

Aunque para tropezón profesional el que protagonizó en el año 2005, cuando en el ya desaparecido Salsa Rosa confirmó ante el asombro de todos uno de los primeros fakes de la historia: que Ylenia, la hija de Al Bano y Romina Power desaparecida en Nueva Orleans en 1994, seguía viva, lo que provocó un fuerte enfrentamiento con el padre de la joven, hasta que este presentó una querella contra la comentarista.

Sin duda fueron meses duros, de inagotable cuestionamiento hacia Lozano, pero la madrileña remontó y resurgió con fuerza. Tanto que ahora, como Jorge Javier, Mila Ximénez, Kiko Hernández o Belén Esteban, es “un personaje fundamental en el universo Sálvame”. Así lo ha asegurado en directo el dueño del cortijo, quien no duda en explotar siempre que puede la vena dramática de la periodista. Y transformar esos alegres colorintxis que siempre luce en la desdicha más acusada de la televisión. Porque a Lydia Lozano le temblarán de vez en cuando las fuentes, pero no esa sabiduría de hacer televisión. De definir bien un personaje que funciona.

Quizá por ello, y por esas mechas y lip liners tan característicos, la diseñadora Victoria Picazzo, una pintora autodidacta que realiza fabulosos bolsos cuadrado, ha escogido su rostro para estamparlo en algunas de sus creaciones. Y también a otras de las caras más conocidas de Mediaset, como María Patiño, Mila Ximénez, Bibiana Fernández o Alejandra Rubio. Es la mejor publicidad para la artista, quien además confiesa que siempre ha sido “un poco mitómana”.