Si la elección de la canción ya fue polémica al tachar la letra (escrita por un grupo de hombres, por cierto) de machista y de cosificar a la mujer, hasta el punto de que RTVE a punto estuvo de introducir cambios al no cumplir con su propia normativa de igualdad, lo cierto es que al final no han tocado ni una coma (hacerlo sería censura) y, muy al contrario, ha emprendido una huida hacia adelante grabando un vídeo donde se sexualiza cada movimiento de baile con primeros planos del culo de la cantante aderezados con otros tópicos, como el de una camiseta mojada para que se le marquen los pezones.

Así es la carta de presentación de la canción 'SloMo' de Chanel, un vídeo musical que parece sacado de los machistas años 90 abanderados por las telecinconeras Mamachichos, Cacaos Maravillaos, chicas Glu-Glú y los top less de las Chin-Chin. Ahora la que recurre a la sexualización de la mujer, 30 años después, es una televisión pública hambrienta de trascendencia y de dar el do de pecho y el do de culo ante la mayor crisis de audiencia y credibilidad de su historia, tirando de herramientas añejas como aquellas de poner a desfilar señoritas en tacones en ropa interior para levantar la audiencia en los programas de Moreno de los sábados por la noche.

Descartado el tema feminista de Rigoberta Bandini, que ya ha sido adoptado como un himno, y descartado también el folclore de las Tanxugueiras (que podrían haber hecho historia al ser la primera vez que TVE llevaba una canción en gallego o en cualquier lengua cooficial), el jurado de RTVE forzó, en una elección repleta de sospechas, la elección de Chanel con un discutido tema y una todavía más discutible letra, acusada de machista y repleta de dobles sentidos sexuales sobre una chica que no tiene problemas económicos porque vuelve "loquitos a todos los daddie" haciendo "doom, doom" con su "boom, boom" y a los que "endulza la cara" con "jugo de mango". Una letra que el PSOE, en boca de la diputada Lidia Guinart, vio como un ensalzamiento de la prostitución.

"La normalización de la mercantilización del cuerpo de las mujeres no parece el mejor de los mensajes para representar a una televisión pública sobre la que pesa la obligación legal, pero también ética, de ser un ejemplo en el camino hacia la igualdad real entre hombres y mujeres", manifestó en la Comisión Mixta de Control (Congreso y Senado) de RTVE a finales de febrero.

Tras una desastrosa participación en Eurovisión durante décadas, España presume ahora de estar en lo alto de las casas de apuestas, como llegó a estar en lo alto de las audiencias aquella televisión repleta de tetas y culos de los noventa hasta que llegó el gatillazo. Queda por ver cómo recibe esta Europa de la segunda década del siglo XXI, la de la generación del MeToo y el empoderamiento de la mujer, esta vuelta atrás hacia la sexualización de la mujer y si, como propone la canción, el jurado profesional y el público hacen "doom, doom" hasta derramar su juego de mango por toda la cara, atendiendo al mensaje más simplón (incluyendo la parodia de Chikilicuatre) que ha llevado nunca España a Eurovisión.