Paz Padilla no está viviendo su mejor momento profesional. Esta misma semana se conocía que Mediaset la ha despedido argumentando que en el Sálvame del 20 de enero se marchó del programa hora y media antes de su finalización (tras una discusión con Belén Esteban sobre las vacunas), y desde entonces no había vuelto a la televisión.

La gaditana no ha querido hacer declaraciones todavía, pero su entorno, según desvela ABC, asegura que Padilla se encuentra hundida y denuncia el “trato humillante” que ha recibido la presentadora. Según el citado periódico, personas afines a ella no se creen el motivo del despido (están seguros de que es por su postura antivacunas), recordando que han sido muchos los compañeros de Paz Padilla que se han ausentado de Sálvame por diferentes motivos durante días y semanas y no se los ha despedido.

La presentadora se encuentra según esas fuentes muy triste por no haberse podido despedir de la audiencia después de 13 años al frente del programa vespertino de Telecinco (sustituyendo a Jorge Javier Vázquez y a Carlota Corredera) y tras haberse convertido en uno de los iconos de Mediaset, participando también en La que se avecina, en Got Talent o en las campanadas de fin de año.

Y otra de las cosas que lamenta Paz Padilla es que, según su entorno, ninguno de sus compañeros se ha puesto en contacto con ella para preguntarle qué tal está o para transmitirle ánimos, lo que le ha ocasionado una enorme decepción.

Sí ha hablado de su marcha Belén Esteban, que ha retornado a Sálvame tras superar la covid, para asegurar que ella no tiene nada que ver con el despido de la presentadora, tras publicar Lecturas en portada la noticia con el titular: Paz Padilla, despedida tras su pelea con Belén. "Por mi culpa no se ha echado a Paz Padilla. Quiero que quede claro que no ha sido por culpa de Belén Esteban. No deseo nada malo a nadie. Deseo que todo el mundo sea muy feliz, que tenga mucho amor y que le vaya muy bien la vida", afirmó, en unas palabras que han sido interpretadas como un dardo a la gaditana, que últimamente repetía incansablemente “el amor lo puede todo”.