Arturo Valls no para: acaba de estrenar una serie en HBO, Sin novedad, y a la par está grabando otra para Atresplayer de la que también es productor: Dos años y un día.Dos años y un día Y por si esto fuera poco, por fin el 18 de marzo estrenará su proyecto más soñado, la película Camera café. Tras Ahora caigo, ha encontrado el placer en la interpretación.

Vemos lo que tiene entre manos y es para sentirse agotados. ¿Cómo le da la vida?

No exageremos, y además estoy acostumbrado. A veces parece que se juntan los proyectos, pero en la realidad va una cosa detrás de la otra. Hace tiempo que aprendí que lo de compaginar y abarcar más de la cuenta no es bueno para la salud, y uno acaba por no disfrutar las cosas que hace, pero sí, sí que estoy embarcado en muchos proyectos, como actor y también como productor. Ahora estoy disfrutando mucho lo que hago.

Hablemos de Sin novedad

Tiene un aliciente que ha sido fundamental para haber aceptado el proyecto, un atractivo increíble: que mi compañero de aventuras es Carlos Areces, que además es amigo en mi vida personal.

¿Un formato diferente?

Sí, es distinto al que estamos acostumbrados. Se desarrolla en tres únicos escenarios y se le da mucha importancia al guion y a los personajes. Lo que esta serie propone es muy atractivo para un actor. Estamos dos actores en un coche a la espera de que suceda algo.

¿Cómo la definiría?

¡Qué te voy a decir yo! Tiene una factura estupenda y está hecha exclusivamente para que os lo paséis muy bien. El tono de comedia es también diferente. Juega mucho a la pausa y las miradas. Las cosas que son poco habituales en uno mismo me atraen.

Porque usted no juega mucho a la pausa...

En la vida real no me da tiempo, soy inquieto. Lo de las miradas es otra cosa. Mi mirada es...

¿Cautivadora?

Ja, ja, ja... No lo sé. Dilo tú.

Dos años y un día. Otra serie suya en producción.Dos años y un día

La estamos rodando en estos momentos, y quizá por eso da la sensación de que hago muchas cosas a la vez, pero Sin novedad, de la que hemos hablado hasta ahora, la rodamos hace tres meses. Ahora estamos inmersos en Dos años y un día. En este caso, protagonizo y produzco la serie. Es para Atresplayer y el formato es el de una comedia que transcurre en una cárcel. Paso de ser policía en Sin novedad a ser un preso en esta otra.

Y le queda por estrenar su proyecto preferido, la niña de sus ojos, la película Camera caf

Oh, ese ha sido mi proyecto soñado, mi hijo predilecto, sí. Es en el que más me he involucrado, en el que más me he implicado y también con el que más he disfrutado. He puesto mucha energía en él. Se estrena el 18 de marzo del año que viene, estamos es posproducción y estoy deseando verla en cines.

¿Vamos a encontrarnos a un Jesús Quesada muy diferente?

Puedo decir que enseñaba la película a los compañeros de Dos años y un día y me decían que parecía que no había pasado el tiempo. Pero sí, en lo físico se nota el paso del tiempo, aunque Jesús vuelve a las andadas. La peli se centra un poco en sus aventuras. Lo vamos a ver convertido en director de la mítica oficina y encontraremos a un Quesada muy subidito. El es el jefe y tiene que estar soberbio. Imagínate. Va a entrar en una crisis casi existencial. Y llega su hija, a la que hace tiempo que no ve.

¿Sigue igual de vago?

Al final, la cabra tira al monte y reconoceremos al Quesada de la serie. Veremos al vago, al caradura, al sinvergüenza... Es que no se puede cambiar, ni aunque te hagan jefe. El trabajador vago al que le hacen jefe se convertirá en un jefe vago, amen de un caradura y un aprovechado. Pero te estoy contando demasiado. La gente tiene que ver la película. Lo que quiere Quesada es inculcar su manera de ser y de ver la vida en la empresa y eso es el caos, un desastre.

No está todo el equipo original de Camera café

Por circunstancias varias no todos pueden estar, pero de alguna manera sí lo están en la película.

¿Cómo?

Es algo que tendrá que descubrir el espectador, pero ya digo que la gran mayoría está en la película.

Desde que acabó la serie tuvo ganas de hacerla.

A ver, no es que fuera una obsesión, pero siempre creí que la película era un buen final para una serie que había sido alucinante. La hemos hecho, estoy feliz y deseando que aquellos que siguieron Camera café, y también los que no lo hicieron, por supuesto, la vean y comprueben cómo ha seguido la vida para aquellos personajes.

Ponga en una balanza ser presentador o ser actor.

Va por rachas. Ahora mismo disfruto mucho en un set de rodaje y metiéndome en la piel de otro, me gusta compartir inquietudes con el director, pero si llega un proyecto de entretenimiento y me presenta alicientes, ¿por qué no? El hecho de cambiar es también una cuestión de tiempo.

Eso pasó con Ahora caigo

Cuando uno lleva diez años presentando el mismo programa y tiene posibilidad de cambiar, lo hace. Es una cuestión de no aburrirte haciendo siempre lo mismo. Consideré que había pasado una etapa y que me atraía volver a la ficción.

¿Y la seguridad?

La seguridad la valoras, pero no lo es todo; hay que arriesgar y hacer lo que te gusta. Además, hay que tener en cuenta las posibilidades que ofrecen las plataformas. Se están haciendo cantidad de proyectos y creo que en la vida se había producido tanto. Es casi una cuestión de búsqueda del placer. De una manera egoísta, diré que es algo muy hedonista decir que puedes disfrutar de una serie, me ha llegado este proyecto y puedo provocar yo otros proyectos desde la producción. Estas son las inquietudes que me han llevado a explorar el placer de hacer otras cosas.

¿Cómo ha sido trabajar para una plataforma?

Fenomenal. Es mi primer trabajo ahí y el estreno ha sido con un papel protagonista. Y en HBO. Me dicen a mí cuando veía Los Soprano que iba a acabar haciendo una serie en HBO y me hubiera echado a reír, no me lo hubiera creído. Me sigo sorprendiendo, después de más 25 años de carrera me hace ilusión participar en una serie de una plataforma que tiene ese toque de calidad y de formatos bien elegidos.

¿Dónde se ve mejor, en el personaje del policía o en el del preso?

El personaje de la cárcel está agobiadísimo. Es un actor y un presentador de televisión al que por una broma desafortunada, porque hace un chiste que no tenía que hacer, lo meten en la cárcel, algo por otra parte que está muy de actualidad. Y lo pasa mal. Pero el actor, o sea, yo, está disfrutando igual de uno que de otro personaje.

Han puesto al humor entre las cuerdas. ¿Es necesario que tenga límites?

Tiene que haberlos. Tenemos que adaptarnos a los tiempos y el humor hay que revisarlo. Estoy incluso a favor de que algunos chistes no se hagan, pero otra cosa son ciertas consecuencias. No se puede ir a la cárcel por contar un chiste. Considero que el objetivo del humor nunca es la ofensa. Otra cosa es que haya gente que se sienta ofendida por según qué comentarios, pero la persona que hace el chiste nunca debería ir a la cárcel.

Siempre se le etiqueta a usted como humorista, ¿se siente así?

Son, como dices, etiquetas. Considero al humorista como algo más complejo que ser actor o presentador. El humorista es el que crea humor, el que lo genera, y yo soy más un intérprete del humor.

PERSONAL

Edad: 46 años.

Lugar de nacimiento: Valencia.

Formación: Comenzó a estudiar la carrera de Periodismo pero la abandonó al entrar en una televisión local de su comunidad.

Trayectoria: La popularidad le llegó en 1998 con Caiga quien caiga en la primera etapa, la de Wyoming. También estuvo en la de Manel Fuentes. Ha presentado espacios de entretenimiento como Ahora caigo. Se hizo famoso dando vida al vago de Jesús Quesada en Camera café, ahora convertida en película. Mañana estrena en HBO Max Sin novedad.