Sus últimos proyectos televisivos son La casa de papel (Netflix), donde da vida al comandante Sagasta, y Toy boy (Atresplayer TV y Netflix), en la que interpreta a Borja Medina, uno de los personajes principales.

¿Contento con su personaje de Sagasta en la quinta temporada de La casa de papel?

Sí, muy contento. La verdad es que he interpretado a casi todos los Cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pero un personaje como este, con tanta acción y en una gran superproducción como esta, nunca había hecho.

¿Cómo preparó el personaje?

Tuvimos instrucción militar. Un supervisor nos enseñó a realizar las acciones de manera profesional y creíble: a saber usar las armas, cómo correr o cómo parapetarse. Fue muy exhaustivo e interesante. La cuestión era que en la serie todo pareciese orgánico, no mecanizado.

¿Conocía a los otros actores?

Había trabajado con Enrique Arce y con Úrsula Corberó en Física o Química y a otros los admiraba de lejos, pero al conocerlos de cerca los admiro aún más, como a Fernando Cayo o a Rodríguez de la Serna.

¿Dónde se grabó?

En Madrid. Excepto los exteriores y las fachadas -la del Banco es Nuevos Ministerios-, todo lo demás se grabó en plató con unos decorados espectaculares. La inversión que se ha hecho es bestial. El comedor de gala, por ejemplo, se construyó con todos los detalles: estatuas, cuadros, mesas con toda su cubertería... Todo al más mínimo detalle para luego aparecer un minuto y medio en la serie (risas).

¿Por qué está funcionando tan bien?

Porque todo es posible en La casa de papel. Llega un momento en el que todo lo que pasa te lo crees. A veces pensaba: Ahora aparece el increíble Hulk y te lo crees también. Han conseguido eso que no conseguía la ficción española, que es ponerse a la altura de las grandes producciones norteamericanas.

¿Qué se siente al ser parte del elenco de una de las series con más éxito del mundo?

Al principio te sientes un poco pequeñito, pero luego te entregas y va todo fenomenal. Además, a tu alrededor todo son facilidades para que te integres.

¿Habrá sexta temporada?

No, creo que no. Esto se acaba. Sería estirar un chicle que ya se ha estirado bastante. Además, el equipo llega un momento en que psicológicamente se cansa, y físicamente es muy duro. Con el final que le han dado, que me parece brillante, queda muy bien cerrada la historia.

Interpreta también al diputado Borja Medina en la serie Toy boy, ¿confía en que esta segunda temporada sea también un éxito?

Por supuesto que sí. Tiene todos los ingredientes para que funcione y un público ya creado. En esta segunda temporada, además, hay incorporaciones muy potentes. A ver qué tal va la emisión en Atresplayer TV y luego en Netflix a nivel mundial.

Su relación con Macarena, su hermana en la serie, es un tanto extraña, casi rozando los límites de lo incestuoso. ¿Cómo definiría este vínculo?

Pues la verdad es que es una familia muy extraña. Es adicta al sexo con ciertas perversiones. Aunque bueno, no soy yo quien debe juzgar lo que a cada uno le gusta, pero sí, tienen una relación muy morbosa. Borja, en la primera temporada terminó en la cárcel por corrupción de menores. A ver si en esta temporada, cuando salga, está rehabilitado o no y si se ha olvidado de Macarena o no.

Se ha posicionado públicamente como una persona de izquierdas, ¿esto puede afectar a su trabajo?

No lo sé. Hubo un momento en que me lo planteé, pero por más vueltas que le doy no tengo más remedio que seguir siendo quien soy. Yo siempre digo que soy bético, de izquierdas y actor.

¿Le perjudicó la pandemia a nivel laboral?

Afortunadamente fue cuando más trabajé, quitando los meses de confinamiento, cuando no trabajó nadie, claro. Terminé de grabar Amar es para siempre, acto seguido realicé la prueba para La casa de papel, que no me la esperaba, y luego me fui de vacaciones. Dos días después de realizar la prueba me llamaron para decirme que me habían cogido. Y cuando terminé de grabar la La casa de papel enganché con la función de teatro y la serie Madres. Sé que al sector, sobre todo al teatral, le ha jodido mucho, pero para mí ha sido uno de mis mejores años.

¿Qué le gusta más, estar frente a la cámara o subir a un escenario?

La verdad es que me gusta todo. Yo casi tenía más inquietudes por ser director de cine que por hacer teatro. Dirigí algunos cortos, pero luego me arrastró la profesión de actor y lo vas dejando un poco de lado. Tengo por ahí mis guioncitos escritos y algún día los moveré.

¿Cómo ve a las nuevas generaciones de actores?

Esta profesión siempre produce una selección natural. Cuando trabajé en Física o Química pensaba; ¿Quiénes de estos chavales que están ahora aquí en el futuro seguirán trabajando? Yo les veía aptitudes, a algunos más que a otros, y bueno, hoy más o menos tenemos la respuesta. Creo que ahora están mejor formados. A lo mejor no empiezan como antes, cuando se empezaba por el teatro y luego se saltaba a la televisión. Hoy pasa un poco al revés. También pasa que las compañías de teatro llaman a los actores que son famosos para poder vender sus funciones. Y muchos de esos actores a lo mejor nunca han hecho teatro.

Aprovechando que nombra la serie Física o Química, cabe recordar que no contaron con usted en el reencuentro que se emitió el año pasado...

No, no me llamaron. Supongo que apostaron por los más jóvenes. Me hubiera encantado haber estado, sobre todo por reencontrarme con la peña.

¿Es posible que muchos actores no quieran hacer teatro porque en el escenario es imposible engañar al público?

Sí, y es más, hay actores con un gran reconocimiento a los que les aterra. Algunos de ellos son muy famosos, y es un pánico que no pueden controlar. Es algo superior a sus fuerzas. Se bloquean y no pueden. No tienen las herramientas necesarias, como pueden ser, por ejemplo, la proyección vocal bien trabajada o una voz que se escuche bien en el teatro.

A propósito de la anterior pregunta, ¿sigue usted haciendo teatro?

Estrené El médico de su honra, de Calderón de la Barca, el pasado mes de junio en el Festival de Teatro Clásico de Alcalá de Henares. Esta obra la dirigió en los ochenta Adolfo Marsillach. Hemos hecho solo tres funciones, dos en el Festival de Alcalá y otra en El Escorial. Y ahora, a ver si sale gira.