Andrea Ropero hace equilibrios con Iñaki López para la conciliación familiar, porque ambos tienen una vida profesional agitada. Ella combina dos programas, El intermedio en La Sexta y Aragón es Ohio en la televisión autonómica aragonesa, y se ríe cuando recuerda las interrupciones de Roke, su hijo, en las grabaciones mientras que durante el confinamiento trabajó desde casa. Positiva en todo momento, dice que uno de sus sueños es volver en familia a la casa que ambos periodistas tienen en Algorta (Bizkaia), su hogar.

Lleva ya un tiempo al lado de Wyoming...

Un año y medio, que se me ha pasado volando y eso que el programa es muy intenso. Va de lunes a jueves, pero hay días con un trabajo muy duro y largo, aunque todo se compensa cuando llegas a plató, te juntas con ese monstruo que es Wyoming y te echas unas risas con él y el resto del equipo. Si algo tiene El intermedio es que siempre vuelvo a casa con una sonrisa.

¿Ha sufrido mucho por el divorcio televisivo entre Iñaki (López) y usted?

Ja, ja, ja€ Llevamos muy bien lo que llamas divorcio televisivo. Ten en cuenta que nos vemos en casa y eso lo compensa todo. Teníamos un feeling televisivo muy grande, sí, pero ahora también lo tengo con Wyoming. A Iñaki le sigo viendo en casa, y eso es lo importante. Yo tenía ganas de avanzar profesionalmente, El intermedio me dio esa oportunidad, y la estoy exprimiendo al máximo.

¿Resulta complicado ajustarse a un programa como El intermedio

No, porque si algo tiene es un equipo detrás absolutamente impresionante. Es algo que me llamó la atención, quizá lo que más. Es un equipo muy grande, y poner en marcha toda la maquinaria del programa para estar cuatro días a la semana necesita de un buen equipo de guionistas, de redactores, y una buena dirección. Está Carmen Aguilera como directora y ella es uno de los mejores regalos que me he encontrado en esta profesión, porque hace que todo funcione perfectamente.

Y luego están ustedes, los que dan la cara.

Por supuesto. Mis compañeros son increíbles. Es que es una suerte estar en este programa. Aunque lleve quince años en emisión, porque comenzó en 2006, está perfectamente engrasado y es muy actual. A Wyoming le veo mejor que nunca. Es un toro al frente del programa y nos lo pone muy fácil a la gente que trabajamos con él. Es un hombre generoso que ha conseguido que me sienta muy cómoda, y eso facilita mucho las cosas.

Así que no tuvo vértigo cuando se incorporó a un programa que pulsa las teclas del humor.

Siempre da vértigo cuando cambias de proyecto, sobre todo si en el anterior llevabas algún tiempo y le tenías cogidos los trucos. Pero el que no arriesga no gana, y eso es por lo que decidí que era hora de dar un cambio. Tenía claro que debía dar ese salto en algún momento.

Y qué mejor que sentarse a la vera de Wyoming...

No encuentro otro compañero mejor. En La Sexta Noche estaba feliz y era un programa que me llenaba al cien por cien, pero tenía ganas de probar otras cosas. Sustituir a Gonzo eran palabras mayores. Eso sí que daba muchísimo vértigo, pero que había que dar el paso. Año y medio después solo puedo decir que estoy encantada.

Le ha tocado de todo, y como remate, la pandemia.

Por ejemplo, me tocó seguir a Santiago Abascal por las calles de Madrid.

Interesante experiencia...

Ja, ja, ja€ Él y sus escoltas, porque lleva unos cuantos, intentaron que no le preguntáramos, pero no lo consiguieron y logramos sacarle unas cuantas respuestas. Y después me tocó hacer el programa desde casa.

¿Fue complicado?

Laborioso, diría yo. Durante una semana hubo que prepararlo todo muy bien. El equipo de guionistas trabaja codo con codo habitualmente y en esos momentos de confinamiento había que hacerlo a distancia. Durante un mes estuvimos emitiendo desde casa. El intermedio era para mí, y también para el resto del equipo, una ventana al mundo.

¿Un respiro en medio de una ambiente muy inquietante?

Y tanto que inquietante. Esos momentos en los que me comunicaba con Wyoming para hablar de las entrevistas que hacíamos era sentir un poco de normalidad. Después yo seguí desde plató y él desde casa. Fue una cosa muy curiosa hacer un programa desde casa. Además, con un niño es complicado, porque Roke interrumpía cada dos por tres. En las grabaciones tenía que cortar hasta tres veces las entrevistas, porque cuando no quería chuches, se ponía a llorar. Ya sabes que les encanta aparecer en las circunstancias más diversas.

¿Le gustó teletrabajar?

Fue entrañable, porque estábamos en una situación muy especial, pero donde estén la calle y el plató, que se quite lo demás, que se quite la casa. El balance del programa desde casa fue positivo, aunque yo sea muy callejera, pero creo que fue muy importante que El intermedio siguiera emitiendo. Fueron momentos en los que todos estábamos saturados y colapsados, nunca hubiéramos imaginado que íbamos a vivir unas circunstancias así, y el programa nos permitía cada noche echarnos unas risas.

Seguro que a algunos esas risas les molestaban...

Eso también. Algunos dirían: ¡Pero cómo te vas a reír en unas circunstancias así!, pero muchos nos lo han agradecido. Era ese momento de relajarte, de estar distendido en casa y de ponerle algo de humor a una situación tan complicada.

La Sexta Noche, El intermedio€ ¿A qué aspira? ¿Con qué otros retos sueña?La Sexta Noche, El intermedio

Tal y como está ahora mismo el mundo no me planteo nada más allá que a dos semanas vista. Está comprobadísimo que todos los planes que hacemos se van al garete. Estoy muy contenta donde estoy, en El intermedio, y también estoy haciendo un programa en la televisión de Aragón, ya es la segunda temporada, y con todo lo que tengo estoy más que satisfecha. Es absurdo hacer planes a largo plazo. Ahora estamos así y la semana que viene puede que estemos confinados.

Sea más optimista...

Soy realista. Los datos cambian, los contagios suben y bajan y nadie puede decir qué vamos a hacer, no ya dentro de dos semanas, sino la semana que viene sin ir más lejos

.

Una situación con muchas aristas y 17 comunidades autónomas gestionando con medidas diferentes.

Eso ha provocado confusión entre la gente. Yo, por trabajo, me muevo de una comunidad a otra y tienes que adaptarte a otras normas diferentes. Esta es una de las quejas, aunque también es cierto que la parte de Sanidad está transferida a las comunidades. No soy política y no se me ocurriría en estos momentos dar consejos ni ninguna otra cosa, pero me fío es de lo que dicen los expertos, los virólogos, los médicos, los epidemiólogos€ Lo que dice la Ciencia. Si un médico me dice que no salga, yo no voy a salir, y me da igual lo que me diga el político. Solo me fío de los expertos, que son los que saben, los que ven cada día a miles de pacientes, los que manejan las vacunas y los que tienen información de primera mano.

¿No resulta cansado priorizar las informaciones de la pandemia por encima de todo?

Bueno, es el tema que nos ocupa, porque ha paralizado todas nuestras vidas. Todos hablamos de la pandemia desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Te juntas con alguien y ¿de qué hablas?: de los datos de contagios, de las muertes, de lo que se puede o no se puede hacer... Todo gira en torno a la pandemia. ¿Cómo no vamos a hablar de esto en los programas de televisión, si es lo que está condicionando nuestras vidas? Está más que justificado, y lo que no entiendo es que haya gente que se tome a broma esta pandemia.

¿Ha roto sus viajes entre Madrid y Euskadi?

Digamos que la pandemia puede complicarlos en parte, pero nuestra casa está en Algorta. Vamos siempre que podemos, porque es nuestro refugio. A mí me da una paz extraordinaria estar allí. El verano lo pasamos allí, soy una fanática de Arrigunaga. Me encantan la playa, el Puerto Viejo de Algorta, pasear por Bilbao, y estar con la familia y los amigos, si se puede.

PERSONALEdad

: 36 años (6 de julio de 1984).

Lugar de nacimiento: Binaced (Huesca).

Familia: Está casada con el periodista vasco y presentador de La Sexta Noche Iñaki López, y tienen un hijo, Roke.

Formación: Estudió Ciencias de la Información en Barcelona.

Trayectoria: Tras acabar la carrera trabajó en prensa escrita y después pasó a La Sexta. Entre 2013 y 2019 fue copresentadora de La Sexta Noche. Abandonó el programa para incorporarse al equipo de Wyoming en El intermedio. Está presente también la Aragón Televisión con la segunda temporada de Aragón es Ohio. En 2019 hizo un programa para ETB-2 titulado El sabor del crimen.