Dice que pertenece a una generación de nómadas laborales que han tenido que hacer muchos trabajos para poder vivir. Ahora está centrado en varios proyectos audiovisuales y en una serie, la primera que dirige, que se ha emitido en ETB-1. Hondar ahoak es un thriller negro en el que se investiga la desaparición del patrón de un pesquero vasco. Asegura que le ha gustado la experiencia televisiva y no le importaría repetir. Además, en un corto que ha dirigido junto a María Elorza, Quebrantos, investiga sobre el maltrato recogiendo una conversación entre dos mujeres que en ocho minutos condensa de forma intensa lo que supone ser víctima de la violencia de género.

Es su otoño de suerte: serie y corto.

Hay veces en las que coinciden los proyectos en el tiempo. Te puedes pasar un año y pico sin trabajar y luego tener entre manos dos trabajos tan distintos e intensos como los que yo he hecho ahora, Quebrantos, el corto, y Hondar ahoak, la serie para ETB-1.

El cortometraje como formato está muy presente en toda su trayectoria...

Para mí el corto siempre ha sido algo más que una preparación previa para hacer más tarde largos. Me interesan las historias que se pueden contar en minutos. Es un formato que te da mucha libertad para probar y arriesgarte.

¿No puede experimentar con una serie de televisión?

Con una serie de televisión puedes arriesgarte muy poco. No te puedes equivocar porque hay dinero en juego.

Pero los cortos no le saldrán gratis...

Arriesgas menos en el sentido económico, pero también hay otra cosa que está por encima: que me siento más libre y mucho más cómodo.

¿Qué es lo que decide el formato, esto es un corto, esto un largometraje? ¿Hay algún punto de inflexión a la hora de escribir la historia?

No sé si hay un método y tampoco sé si se puede medir o cómo lo hace el resto de la gente. A mí, cuando una historia me viene a la cabeza, suelo saber bastante pronto qué formato voy a utilizar y qué duración va a tener, aunque también me equivoco. Quebrantos, el corto que presentamos en Bilbao, en Zinebi, es una historia y una temática que, aunque puede dar para una serie o un largometraje, María Elorza y yo pensamos que había que contarla en ocho minutos, yendo al grano y que fuera como un puñetazo.

Sin embargo, con Hondar ahoak

Pero también tiene su historia. La empecé a escribir como una película larga, una película policiaca, y ha terminado derivando en esta serie. No es tanta la diferencia, porque al final es como si fuera una película larga de 200 minutos. Como ves, una historia audiovisual surge de una manera y termina realizándose de otra.

Esta es la primera vez que ha trabajado en televisión y€

La experiencia ha sido estupenda. He trabajado durante años en la radio, en Euskadi Irratia, pero nunca había hecho ficción.

Es usted un tipo curioso: periodista, locutor, cantante punk, cineasta€ Le quedan pocos palos por tocar.

Depende de en qué mundo te muevas. Lo que soy es un tipo ya mayor al que le ha dado tiempo a hacer bastantes cosas, pero creo que soy bastante normal

¿Normal y con mucha curiosidad?

Quizá demasiada. Pertenezco a una generación que se planteó la vida sabiendo que no iba a trabajar en una sola cosa. Somos una generación bastante nómada en el sentido laboral. No sé si esta es una definición acertada, pero creo que soy un poco nómada en cuanto a hacer cosas para vivir.

¿Y cuál su vocación real, aquello a lo que siempre se quiso dedicar?

Tampoco sé si tengo una vocación muy clara. A mí las cosas me han ido llevando de un sitio a otro. Empecé en el mundo de la imagen con mi tío. Iba con él al monte, le gustaba sacar fotos y me empecé a interesar por la fotografía. Antes de comenzar la carrera estuve un año sin estudiar.

¿Encontrándose a usted mismo?

Algo así. Ja, ja, ja€ Era buen estudiante, pero no veía una carrera por la cual sintiera una vocación especial. Salió la de Comunicación Audiovisual y me llamó un poco más la atención. Lo que sí me encantaría es ser músico, pero un músico de verdad.

¿Y qué es un músico de verdad?

Alguien con talento musical, no como yo, que soy un puto negado. También me gustaría dibujar bien o hacer algo con las manos, pero tampoco doy muchas vueltas a las cosas. Estoy a gusto con lo que estoy haciendo en este momento.

En el mundo del largometraje le descubrimos con Oreina

Sí, y fue una apuesta arriesgada, una historia que tenía ganas de contar y que hice con mucho gusto. Crear una historia no es fácil, porque te gustará a ti, pero, ¿y a los demás, al espectador? Oreina fue una experiencia impresionante y estaría dispuesto a hacer otros largos, pero es difícil levantar una película.

Dicen que Tasio

Es más complejo que decir favorita. Es más bien algo curioso. Cuando estuve mirando el casting para Oreina me vino a la mente inmediatamente Patxi Bisquert para hacer el papel de un furtivo. Hablé con él, llegamos a un acuerdo, dijo que sí y alguien me comentó: Patxi Bisquert es Tasio. Me quedé un poco sin palabras y me di cuenta por qué de una forma subliminal pensé en él: porque había hecho ese personaje y porque fue una película que vi cuando tenía doce años o algo así.

¿Por qué le atrajo Tasio

Quizá porque es una película que se me hacía cercana en cuanto a paisajes. Fue la primera vez que veía en la pantalla grande algo que identificaba como próximo. Es una película que en su día me gustó mucho y fíjate, años después, muchos años después, trabajé con Patxi Bisquert, a quien yo había visto de niño por primera vez en el cine.

En estos momentos las medidas de seguridad son extremas a la hora de rodar. ¿Cree que se hará al final alguna serie, corto o largo en donde los personajes usen mascarillas?

No sé qué decir. Es un problema de temporalidad. Imagínate que esto de la mascarilla dura dos o tres años, cosa que nadie sabe. Si ruedas con mascarilla esa historia va a quedar muy focalizada en una época concreta, cosa que también puede ser interesante. A partir del año que viene veremos miles de cortos y películas cuya temática será el confinamiento. Eso va a llegar, lo que ocurre es que el audiovisual es una disciplina más lenta que otras y necesita un tiempo para poner la maquinaria en marcha.

PERSONAL

Edad: 47 años.

Lugar de nacimiento: Donostia.

Formación: Licenciado en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra.

Trayectoria: Ha trabajado en distintos medios de comunicación, Euskadi Irratia entre ellos. Es un enamorado de los cortos, formato en el que se siente cómodo. En el cine tuvo éxito con la película Oreina (2018). Entre sus trabajos destacan Belarra, Amuak, Ahate pasa, Trikuaren hiztegia, Bandera y Quebrantos, entre otros cortos. En noviembre ETB-1 emitió su primera serie como creador y director, Hondar ahoak.