‘Pretty woman’, de Garry Marshall, se estrenó el 23 de marzo de 1990. Treinta años después, este cuento de hadas sigue siendo una de las películas más vistas de la televisión española.

contar el argumento de una de las películas de amor y fantasía con más éxito, en salas de cine primero y en los salones de casa después, es un ejercicio inútil. Es difícil encontrar a alguien que no sepa de qué va Pretty woman, una de las historias preferidas de los espectadores de televisión de todo el mundo. En España se emitió por primera vez el 2 de enero de 1994 en La 1, como parte de la programación navideña de aquel año, y la respuesta fue masiva: obtuvo el 55,6% de cuota de pantalla y la siguieron 9.223.000 personas, más que un partido entre el Real Madrid y el Barça o una final de Copa. Desde entonces, a lo largo de sus 26 emisiones ha atrapado a casi 100 millones de telespectadores, exactamente a 95.704.000.

Todos los estudios que se han hecho sobre el fenómeno que supone esta historia en su trayectoria televisiva apuntan, como ya era sabido, a que el público que la sigue es mayoritariamente femenino, y son muchas las espectadoras, aunque también espectadores hombres, que la han visto más de una y de dos veces en La 1 de Televisión Española, Antena 3 o en Telecinco ?esta última es la cadena que tiene ahora los derechos de emisión?.

A pesar de todo lo que ha cambiado el mundo audiovisual en estos 26 años, y sobre todo en los últimos cinco, Pretty woman sigue acaparando récords cuando entra en la programación televisiva. Nunca ha bajado del millón de espectadores y tampoco del 11% de cuota de pantalla.

Televisión Española fue la primera cadena en emitirla, y ante el éxito inmediato, el canal público ha incluido este título en su parrilla ocho veces: tres entre 1994 y 1996 y cinco entre 2007 y 2011.

Telecinco es el canal que más veces ha puesto en emisión la edulcorada historia que protagonizaron Richard Gere y Julia Roberts, ya que la ha emitido en 17 ocasiones: seis veces entre 1997 y 2005 y once veces entre 2012 y 2019, con carambola en dos ocasiones, ya que los programadores de Vasile decidieron emitirla tres veces en 2017 y dos en 2019, lo que da idea de lo mucho que se confía en esta historia entre un guapo multimillonario y una sensible prostituta.

Antena 3 también ha participado de este éxito, y consiguió con su emisión un 26% de share y casi cuatro millones de espectadores en 2006.

A las cifras de audiencia televisiva hay que sumar el éxito en taquilla: 463 millones de dólares a nivel mundial, 178 de los cuales se recaudaron en Estados Unidos. La película había tenido un presupuesto de 14 millones de dólares, alto en los años 90, pero los resultados obtenidos indican que su rentabilidad fue más que considerable y que los productores superaron finalmente las expectativas creadas.

A pesar de todos los parabienes, las críticas de ciertos sectores no han pasado desapercibidas a lo largo de los años. La película ha sido tachada de machista y de haber manipulado una historia que en realidad existió, pero sin un desarrollo tan edulcorado, y ni mucho menos, con un final tan feliz como el que muestra la cinta cinematográfica.

Julia Roberts, que con esta película se convirtió en la sonrisa de América, ha explicado en más de una ocasión que esta historia, tan manoseada por la televisión, en realidad no se ajusta al primer guion que le llegó. El título original era 3.000, el dinero que le ofrecía el magnate en la ficción, Edward Lewis, a la prostituta Vivian por pasar una semana entera con él. Y el final no era el de cuento de hadas, de esos de fueron felices y comieron perdices, sino más bien lo contrario, porque el millonario no era tan encantador como parecía y finalmente expulsaba a Vivian de su coche lanzándole el dinero a la cara y terminando ella en un siniestro callejón en el que se ejercía la prostitución.

Roberts, la actriz elegida finalmente (estaba la tercera en la lista de preferencias del director, por detrás de Molly Ringwal y Rebecca Schaeffer, nada comparado con la peripecia de Gere, a quien Garry Marshall no quería ver ni en pintura), no estaba de acuerdo con esta historia, pero las circunstancias cambiaron, la productora que iba a hacerla quebró, y Disney se hizo cargo del guion y lo transformó... en puro Disney. Todo, hasta llegar a la aventurilla que hoy todo el mundo conoce, que sigue siendo un seguro de vida televisivo y por la que, qué caramba, tampoco cuesta tanto dejarse engañar.