Todos nos hemos dado alguna vez un golpe tonto en el brazo o en la pierna que no ha tenido mayores consecuencias, pero que nos ha dejado un antiestético moratón. Este hematoma, que algunas veces causa dolor y otras no, se debe a la rotura de los pequeños capilares que tenemos debajo de la piel.

Al no tratarse de una herida abierta, la sangre se acumula y adquiere ese color entre granate y morado característico de los cardenales. Con el paso de los días, este va cambiando de color debido al proceso de metabolización de los glóbulos rojos que han salido por el vaso sanguíneo roto.

En un primer momento, el cardenal es de color rojizo debido a la hemoglobina, una proteína que poseen los glóbulos rojos. Con el paso de los días y conforme avanza su proceso de descomposición irá tornando en otros colores como el morado, el azul, el marrón o el amarillo, el paso previo a que desaparezca. Lo normal es que duren entre dos y cuatro semanas.

Hay seis factores que hacen que una persona sea más o menos propensa a sufrir moratones:

- Colágeno. A medida que envejeces, la piel se vuelve más fina, pierde grasa y colágeno, y los vasos sanguíneos se debilitan y pierden elasticidad, lo que nos hace más propensos a la aparición de hematomas. Si la piel tiene mucho colágeno, una proteína estructural que está en la dermis, nuestros vasos sanguíneos estarán más cubiertos y protegidos ante posibles golpes. Los hombres tienen la piel más gruesa y más colágeno que las mujeres.

- Circulación sanguínea. Una mala circulación hace más probable la aparición de cardenales. Por eso son más habituales en las personas mayores: además de que su dermis tiene menos colágeno y sus capilares son más frágiles, la fuerza de arrastre que hace que las venas impulsen la sangre hacia arriba es también menor.

- Medicamentos. El uso de medicamentos como antiinflamatorios, antidepresivos, corticoides y anticoagulantes pueden hacer que se produzcan hematomas tras sufrir el más mínimo golpe al interferir en la función anticoagulante de las plaquetas.

- Déficit de vitaminas. La falta de vitaminas como la K, B y C pueden provocar la aparición de moratones, aunque esta causa es muy poco frecuente en países desarrollados cuya población tiene acceso a alimentos saludables. Suele darse más entre poblaciones con graves problemas de desnutrición.

- El sol. Una exposición excesiva al sol hace que se vaya destruyendo la capa de colágeno de la dermis.

- Cambios hormonales. El síndrome premenstrual conlleva un aumento de la fragilidad de los vasos sanguíneos y el embarazo, una disminución de las plaquetas, muy importantes en la coagulación de la sangre.

Diez trucos contra los moratones

En la mayoría de los casos no nos supondrá mayor problema y el cardenal seguirá su curso hasta desaparecer por completo. Sin embargo, hay ocasiones especiales en las que llevarlo a la vista puede resultar antiestético y queremos que desaparezca lo antes posible. Ahí van diez consejos:

1- Frío. Aplicar frío reducirá el dolor y la hinchazón del golpe y disminuirá la irrigación sanguínea en la zona, haciendo que se acumule una cantidad menor de sangre en ella. Puedes hacerlo, durante diez minutos varias veces al día, con un producto específico de farmacia (una bolsa de hielo con líquido para meter en el congelador) o con una bolsa de algún producto que tengas en el congelador. Siempre debes colocarte un trapo entre el objeto frío y la piel para evitar que el hielo pueda quemarte.

2- Calor. Pasados dos o tres días es conveniente aplicar calor sobre el cardenal. Causará una vasodilatación lo que acelerará la descomposición de los glóbulos rojos que han salido de los capilares sanguíneos rotos. Una exposición solar controlada diaria de unos 10 o 15 minutos evitando horas de máxima irradiación solar también ayudará a descomponer la bilirrubina que es la responsable del color amarillo del moratón y hará que desaparezca más rápido.

3- Compresión. Envuelve la zona del moretón con una venda elástica. Esto apretará los tejidos y ayudará a evitar que los vasos sanguíneos fluyan. Reducirá la severidad del hematoma y ayudará a reducir el dolor y la hinchazón.

4- Masajes. Las extremidades son las partes del cuerpo más propensas a sufrir los golpes. En el caso de hematomas en los brazos, los masajes se harán desde las manos hasta el hombro para llevar la sangre hacia el corazón y favorecer así la circulación. Si el moratón está en las piernas, el masaje se realizará desde el pie hasta el muslo.

5- Elevación. Elevar la extremidad en la que está el cardenal de manera que quede sobre el nivel del corazón. Esto ayuda a aliviar el dolor y a drenar los líquidos fuera del área con moretones. La elevación también puede reducir la presión y compresión y mejorará la circulación.

6- Ejercicio. Mantenerse activo es esencial para evitar que los capilares se vuelvan frágiles y nos ayudará a mantener un peso saludable.

7- Alimentación. Seguir una dieta sana y equilibrada ayudará a activar la circulación de la sangre. Los flavonoides presentes en frutas y verduras hacen que las venas estén más fuertes y se rompan menos. La bromelina presente en la piña puede ayudar a reducir la inflamación.

8- Plantas medicinales. Para los moratones son muy recurrentes las cremas con arnica, aloe vera, caléndula, consuelda o gingko. Puedes utilizarlas varias veces al día.

9- Vitaminas y medicamentos. La vitamina C, que puedes encontrarla en frutas y verduras, tiene propiedades antiinflamatorias y se puede usar para promover la curación de heridas. La vitamina K es un nutriente esencial que ayuda con la coagulación.

10- Sustancias no recomendadas. No debes utilizar heparina, compuesto empleado para disolver los trombos, al ser demasiado potente para tratar un simple moratón. Tampoco se debe emplear sustancias como el perejil, el vinagre, la sal, el limón o la pasta de dientes ya que lo único que harán será irritar la piel.