- Como cualquier experiencia en la vida, poseer una gran cantidad de dinero también da lecciones, tanto positivas como negativas. “Me dio una lección muy difícil”, reconoce Randy Rush, un canadiense que ganó 45 millones de euros. En 2015 este hombre, al revisar varios billetes de lotería que tenía sin comprobar se dio cuenta de que era el ganador de 50 millones de dólares. Con este premio decidió cambiar ciertos aspectos de su vida. Renunció a su trabajo, compró inmuebles... pero también invirtió gran parte de su dinero en ayudar a sus seres queridos. Rush destinó parte del premio en ayudar a sus amigos Dave y Shirley Crawford. “Ya les había ayudado años atrás, así que les compré una cabaña de madera y les dije que si querían mudarse y cuidar el lugar, les pagaría 2.500 dólares al mes”. Y estos aceptaron la propuesta. El millonario también quiso ayudar al hijo del matrimonio, pero esto al final fue una mala decisión. Jeremy Crawford, el hijo de sus amigos, le hizo una propuesta de negocios. El joven estaba desarrollando una aplicación móvil y “la inversión sonaba interesante”, reconoce Rush. Así, en unos meses, destinó más de 4,5 millones de dólares a la compañía de Crawford que apuntaba ser la nueva Amazon. Sin embargo, el millonario se da cuenta de que los gastos eran excesivos y el joven cada vez le pedía más dinero. Lo consultó con sus padres y “cada vez que les trasmitía mis preocupaciones a Dave o Shirley, me abrazaban y me decían: “Jeremy es la última persona de la que te tienes que preocupar. Lo criamos bien”, relata. Al final, Rush contrató a unos auditores y contables que “descubrieron que Jeremy había malversado 1,5 millones de dólares de la compañía en seis meses, entre otras cosas”.