- Un ciudadano israelí devolvió a las autoridades una reliquia arqueológica de casi 2.000 años de antigüedad que había robado en 2005 del Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén para limpiar su conciencia a raíz de su temor de que la pandemia del coronavirus sea un indicio del inminente fin del mundo, informa IFL Science. Tras mantenerlo durante todo este tiempo escondido en su armario, el ladrón se topó con el objeto hace unas semanas mientras hacía limpieza de su casa preparándose para la Pascua judía. Decidido a corregir su error, el hombre recurrió a la ayuda de Moshe Manies -un redactor creativo a quien conocía de su entorno laboral- entregándole el artefacto histórico con la condición de anonimato para que este lo entregase, a su vez, a la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).