- La ultraderechista Marine Le Pen y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, los dos grandes derrotados de las pasadas presidenciales francesas, pujan por convertirse en líderes de la oposición al ganador, Emmanuel Macron, lo que pasa por ser los más votados en las legislativas de junio próximo. “Las legislativas tienen un papel secundario en Francia, la participación será más baja. Ni Le Pen ni Mélenchon cuentan con suficiente integración local”, explica el politólogo Luc Rouban.
La dinámica de pasadas ediciones muestra que el electorado de los candidatos perdedores de las presidenciales se desmotiva y acude menos a las urnas en las legislativas, todo lo contrario que los del ganador, a quien quieren otorgar una mayoría amplia para que pueda aplicar su programa.
Además, como apunta Éric Brehier, de la Fundación Jean Jaurès, es poco probable que los opositores a Macron se unan en dos bloques, lo que reducirá también su peso en la Asamblea Nacional. Para preparar las legislativas han comenzado ya las conversaciones internas para constituir dos grandes bloques, uno a la derecha y otro a la izquierda, que puedan enfrentarse al partido macronista, La República En Marcha (LREM).
En el campo de la derecha, el ultraderechista Éric Zemmour, cuarto de la primera vuelta de las presidenciales, tendió la mano al campo de Le Pen en la noche electoral del pasado domingo, aunque no ocultó las críticas a la líder. La dinámica de los sondeos le es favorable a Le Pen y, según las proyecciones, basadas en el voto de las presidenciales, la ultraderecha podría tener entre 117 y 147 diputados, lo que le convertiría en el segundo grupo de la Asamblea Nacional.
Solo estaría superado por LREM, a quien otorgan entre 328 y 368 escaños de los 577 que componen la cámara baja, una amplia mayoría absoluta. El sondeo, publicado por la revista Challenges, no otorga ningún escaño a Zemmour si acude por su cuenta.