Roma - El líder ultraderechista italiano Matteo Salvini prometió ayer desalojar “pronto” al Gobierno del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la izquierda, en una demostración de fuerza en Roma junto al resto de partidos de la derecha. “Nosotros al Gobierno, estoy seguro, volveremos y será pronto y por la puerta principal”, proclamó en la plaza de San Juan de Letrán de la capital, en la que se congregaron alrededor de 200.000 personas llegadas del todo el país, según los organizadores del acto.

La acción de Salvini se produce dos meses después de que diera por rota la coalición de Gobierno con el M5S para exigir elecciones, algo que finalmente no ocurrió porque dicho partido acordó un nuevo Ejecutivo con el Partido Demócrata (PD) y Libres e Iguales (LEU). Y por eso escenificó ayer la unión de la derecha, congregando en el mismo escenario a los gobernadores de las regiones controladas por su alianza con el conservador Silvio Berlusconi y la líder de la ultraderechista Hermanos de Italia, Giornia Meloni, ambos presentes.

La intención de Salvini era clara: ejercer una demostración de fuerza nada más y nada menos que en la plaza de San Juan de Letrán, tradicional territorio de la izquierda y de los sindicatos, y más de cara a las elecciones del próximo domingo en la región de Umbria (centro).

“Orgullo italiano” Salvini salió sobre un escenario de sesenta metros, bajo el lema Orgullo italiano: Una patria que amar y defender, y lo hizo por todo lo alto acompasado por el himno del Nessun Dorma, en concreto con la letra triunfante de All’alba vincerò (Venceré al alba).

Ante un público entregado, entre el que estaba la organización fascista CasaPound, presumió de su año como ministro del Interior, en el que “hubo puertos cerrados” en Italia para las embarcaciones que rescatan inmigrantes en el Mediterráneo.

Y criticó con especial dureza el modelo actual de la Unión Europea, llegando incluso a mandar un saludo “al pueblo catalán y al británico”, sin dar más detalles, aunque en el pasado ha dado repetidas muestras de simpatía a la causa independentista. “Hablando de soberanía, quiero vivir en un país libre donde se gobierna sin esperar la llamada telefónica de (la canciller alemana Angela) Merkel o de (el presidente francés, Emmanuel) Macron. Italia para los italianos”, clamó

También criticó al club comunitario por las relaciones que mantiene con Turquía y denunció “el exterminio” del pueblo kurdo por parte de Ankara, que equiparó al genocidio armenio. “Simplemente es una locura pensar que Turquía pueda entrar en la Unión Europea. Nunca con Turquía, nunca con un régimen islámico”, apuntó.

Salvini volvió a expresar su desaprobación por el Gobierno alternativo que se formó después de que él mismo dinamitara su coalición con el Cinco Estrellas, pero advirtió: “La calma es la virtud de los fuertes”. “Este será un periodo para pensar, meditar y analizar. Pueden escapar de las elecciones por un tiempo, pero no durante toda la vida”, desafió, para después instar a sus seguidores a darle la victoria en las numerosas elecciones regionales que vendrán.

Antes que él hablaron Meloni, con su siempre vehemente discurso sobre las raíces cristianas de Europa y sus denuncias de la presunta “islamización” del continente, y Berlusconi. El magnate de 83 años volvió a San Juan de Letrán para reivindicar la unidad de la derecha en unas eventuales elecciones.