Palma de Mallorca - La quiebra del turoperador Thomas Cook tiene un impacto “de una magnitud sin precedentes” para el sector turístico de Mallorca, sostenía ayer la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera. Frontera, que comparecía en rueda de prensa junto al presidente de la Asociación de Cadenas Hoteleras, Gabriel Llobera, subrayó que sus organizaciones aún están contabilizando el impacto inmediato de la quiebra de Thomas Cook, que con un millón de clientes al año es el segundo turoperador con mayor peso en Baleares después del alemán TUI.
Frontera evitó dar cifras aproximadas sobre cuántos clientes de la empresa quebrada están actualmente alojados en hoteles mallorquines, aunque sí apuntó que en esta época representan entre el 10% y el 15% de los visitantes británicos. Recalcó que de momento la única división de Thomas Cook que ha dejado de operar es la del Reino Unido, mientras que la de Alemania, la que más clientes trae a las islas, “parece que está trabajando”. No obstante, la dirigente patronal indicó que el sector contempla un escenario de cierre total del turoperador, que tiene divisiones británica, alemana y escandinava, aunque por el momento da prioridad a la repatriación de los clientes del Reino Unido en coordinación con la embajada del país, que desplegaba 25 agentes de información en el aeropuerto de Palma. Frontera explicó que, determinante o no, el Brexit ha sido uno de los factores que ha incidido en la crisis de Thomas Cook. “Nos estamos acercando a un escenario completamente inseguro con una gran incertidumbre, que no ha hecho sino añadir la que ya teníamos antes de la quiebra”.
Según las patronales turísticas canarias esta quiebra ha sido un duro golpe para el sector pues se trata del segundo turoperador por número de turistas en las islas, con un volumen en torno al 25% del total de movimientos en Canarias. Ante esta situación, las patronales hoteleras canarias Ashotel, FEHT, Asolan y Asofuer solicitan al Ejecutivo canario y al español en funciones medidas que atenúen los posibles efectos que esta quiebra puede tener. El Gobierno de Canarias calcula que los afectados serían unos 35.000. - Efe