Atenas - El Gobierno griego emprendió ayer lunes el primer paso de su plan para descongestionar las islas del mar Egeo, un programa basado en la táctica del palo y la zanahoria, que prevé más traslados a la parte continental pero también más expulsiones a Turquía. De madrugada comenzó el traslado de unos 1.500 migrantes y refugiados desde la isla de Lesbos a un campamento en el norte de Grecia. Las primeras 640 personas salieron a bordo del ferry Caldera Vista con destino al puerto de Salónica, desde donde serán trasladadas al campamento de Nea Kavala, a unos 60 kilómetros al norte de la citada ciudad. También ayer partió desde Lesbos una segunda embarcación con el mismo destino. Todos las personas que están siendo trasladadas forman parte de grupos vulnerables -mujeres, menores, enfermos, ancianos- o son solicitantes de asilo, cuya petición ha sido aceptada a trámite.
Hacinados El objetivo es aliviar la situación en el campamento de Moria, donde se hacinan cerca de 11.000 personas, en un espacio concebido para unas 3.000. En total, las islas albergan a mas de 20.000 personas, en campamentos cuya capacidad está diseñada para acoger a 6.000. Sin embargo, tan solo el fin de semana arribaron a Lesbos otras 300 personas. El traslado a Nueva Kavala cosechaba además las primeras críticas de la sociedad local, y el alcalde de Peonía -el municipio en el que está situado este campamento-, Kostas Sionidis, criticó la premura con la que se está llevando esta acción. En declaraciones a la televisión pública, Sionidis explicó que el campamento en cuestión no tiene garantizado el suministro de agua, pues los conductos de agua son muy viejos y tan solo pueden abastecer a unas 200 personas. El repunte de las llegadas que se experimenta desde hace varios meses, y especialmente en el último, ha llevado al Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis a acelerar la puesta en marcha de un controvertido plan que contempla por un lado mejorar la situación de los campamentos, pero también incrementar las expulsiones.
La oposición y organizaciones no gubernamentales han criticado la decisión del Ejecutivo de Nueva Democracia de abolir la posibilidad de que un migrante al que se le ha denegado su solicitud de asilo en una primera instancia pueda recurrir la decisión. - Efe