Roma - La fiscalía italiana ordenó ayer la incautación temporal del barco humanitario Open Arms y el desembarco en el puerto de Lampedusa (Italia) de los alrededor de 90 migrantes que seguían a bordo, poniendo así fin por el momento a una lenta agonía que ha durado casi tres semanas.
El fiscal de Agrigento (Sicilia), del que depende Lampedusa, Luigi Patronaggio, tomó la decisión después de subir a bordo de la nave acompañado de varios médicos para verificar el estado de los migrantes y la situación a bordo, descrita por la tripulación como desesperada. El Open Arms se tendrá ahora que quedar dos semanas en Italia en el marco de esta investigación.
Esta Fiscalía investigaba un presunto delito de secuestro de personas para determinar por qué no pudieron desembarcar los migrantes en Italia a pesar de que un tribunal tumbó la semana pasada la orden del ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, de que el barco no entrara en aguas territoriales italianas. La investigación no va dirigida contra nadie en concreto pero a nadie se le escapa que Salvini y su intransigencia de no abrir los puertos a las ONG es el responsable de la situación, y ya fue acusado el año pasado de ese delito por impedir a un barco militar italiano desembarcar a un centenar de migrantes.
En los últimos 19 días, el Open Arms ha ido adelgazando su pasaje de migrantes rescatados con un goteo de evacuaciones parciales por motivos médicos y lanzamientos al mar. El buque llegó a tener a bordo cerca de 160 migrantes, rescatados en el Mediterráneo entre el 1 y el 10 de este mes en tres operaciones, pero tras las últimas evacuaciones y los que se han tirado al agua para llegar a nado a la costa a bordo queda algo más de la mitad. La última evacuación médica tuvo lugar ayer por la tarde, cuando dos personas fueron trasladadas al puerto de Lampedusa en una lancha de la Capitanía, por orden del fiscal de Agrigento.
Aunque la primera oferta del Gobierno español para abrir un puerto a estos migrantes llegó el domingo pasado, tras 17 días de odisea, el barco humanitario se ha negado hasta ahora a navegar por sus propios medios hasta cualquier puerto español. Con los migrantes hacinados en cubierta en duras condiciones, alegaban motivos de seguridad, falta de instalaciones y el mal estado físico y psíquico de los rescatados, así como el cansancio de la tripulación y los voluntarios por la larga crisis.
El ministro de Transporte italiano, Danilo Toninelli, ofreció en vista del bloqueo de la situación que la Guardia Costera escoltara al Open Arms hasta España e incluso llevar a los migrantes en una de sus embarcaciones, a condición de que España retirase su bandera al barco humanitario, pero nada fue aceptado. Toninelli, del antisistema Movimiento 5 Estrellas, arremetió también contra Salvini, al que considera el responsable final de todo lo que está pasando y quien no deja de vanagloriarse de su firmeza frente al Open Arms.