Roma - Tras varios días de alta tensión política en Italia por la crisis de Gobierno y el jaque del líder de la ultraderechista Liga, ministro del Interior y vicepresidente, Matteo Salvini, el país vivió ayer una día de tregua para recordar la tragedia del puente Morandi de Génova de hace un año.
Ayer la atención estuvo puesta en esta ciudad del noroeste del país, donde se conmemoró a las 43 víctimas que fallecieron cuando hace un año se vino abajo un tramo del puente. Las autoridades italianas acudieron a la ceremonia, encabezada por el jefe del Estado, Sergio Mattarella, recibido entre aplausos. Y también acudió el Gobierno, que pende de un hilo tras la decisión de Salvini de romper la coalición con el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y presentar una moción de censura al primer ministro, Giuseppe Conte.
La división entre ambas formaciones saltó a la vista: los dos vicepresidentes, Salvini y Luigi Di Maio, líder del Cinco Estrellas, no permanecieron juntos durante el acto, y después el segundo y Conte saludaron por su cuenta a los asistentes.
En su discurso, el primer ministro realizó un llamamiento a la “política seria y responsable”, unas palabras que recordaron los reproches lanzados por el M5S a su hasta ahora socio Salvini, al que acusan de provocar una crisis en pleno verano para aprovechar su supuesto tirón electoral. “El deber de la política seria y responsable es tratar de dar respuestas utilizando instrumentos útiles para proteger a la colectividad, por el bien de los ciudadanos”, señaló Conte.
El martes el Senado votó en contra de celebrar ayer la moción de censura, que ha quedado aplazada, pues Salvini ha acogido la propuesta del M5S de votarla una vez sea aprobada una ley que reduce en 345 escaños el Parlamento. - Efe