Bruselas - Más de 100 personas perdieron la vida la semana pasada en las costas de Libia y cerca de 130 fueron rescatadas. Se trata de la mayor tragedia en lo que va de año y ha puesto todos los focos sobre Bruselas y su política de acogida y rescate. Con Italia cerrando los puertos y otros países afrontando posibles multas por no aceptar el número acordado de refugiados, la UE debe cubrir varios frentes mientras la ONU pide que se reanuden las labores de salvamento marítimo en el Mediterráneo. Regresa el drama migratorio.
El pasado jueves naufragó una embarcación con más de dos centenares de personas dentro, de los cuales 100 habrían fallecido: el peor dato de lo que llevamos de año y la “mayor tragedia” para Naciones Unidas. Según Médicos sin Fronteras, más de 130 de los integrantes de la embarcación fueron rescatados por pescadores locales y la guarda costera. Después del incidente, todos los dedos comenzaron a señalar de nuevo a las instituciones europeas, apuntando su responsabilidad en el salvamento de estos migrantes.
Como respuesta, la Alta Representante de la UE de Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, horas después mostró su apoyo a las autoridades libias para crear “alternativas seguras y dignas”. “Este es un terrible recordatorio de los riesgos que aún enfrentan aquellos que hacen este peligroso viaje a Europa. Una vida perdida es demasiado. Nuestro objetivo siempre ha sido evitar que se pierdan vidas en el mar y continuaremos nuestro trabajo para evitar que estos peligrosos viajes tengan lugar”, aseguraba en un comunicado Mogherini.
También confesaba que se necesitan “urgentemente” soluciones predecibles y sostenibles para la búsqueda y el rescate en el Mediterráneo. “El sistema actual de Libia para gestionar la migración irregular y detener arbitrariamente a los refugiados y migrantes tiene que terminar y debe ponerse en plena conformidad con las normas internacionales”. - A.E.