Bruselas - Las elecciones europeas se cobraron varias víctimas, una de ellas Andrea Nahles, la hasta hace poco presidenta del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). El varapalo recibido en los comicios forzó su dimisión el pasado 3 de junio. Pero encontrar sucesión no está siendo tarea fácil: no hay candidatos. Ante esta situación, la troika del partido ha marcado una hoja de ruta que finalizará con un congreso para el próximo mes de diciembre, donde se espera que salgan los nombres de las nuevas cabezas de partido.

El 3 de junio Andrea Nahles, hasta entonces líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), presentó su dimisión como cabeza de lista del partido y como jefa del grupo parlamentario en el Bundestag. Los resultados de las elecciones europeas fueron la gota que colmó el vaso: el partido había perdido 11,5 puntos en relación a los resultados de los anteriores comicios -los de 2014; y eso pese a que la participación fue mucho mayor-.

La decisión de Nahles fue inminente. Dicho y hecho: lo anunció el día 2 y el día 3 lo hizo efectivo, dejando así las puertas abiertas a la sucesión del partido más antiguo de Alemania. Una sucesión que quien decida ostentar heredará, en palabras de Nahles, la difícil tarea de “reconstruir la confianza y el respeto mutuo” en el grupo. Pero no hay candidatos. Pasan las semanas y no parece haber nadie dispuesto a dar un paso al frente y hacerse con las riendas del partido. Más bien lo contrario, la troika que dirige ahora mismo el SPD se ha preocupado de desmarcarse de esta tarea: ni Malu Dreyer, jefa de Gobierno de Renania-Palatinado; ni Manuela Schwesig, jefa de Gobierno de Mecklenburgo-Antepomerania; ni Thorsten Schäfer-Gümberl, líder del SPD en Hesse, están dispuestos a optar al puesto. Ni tampoco rostros conocidos como Olaf Scholz, ministro de Finanzas; o Martin Schulz, ex dirigente del partido al que sucedió Nahles en abril de 2018.

A falta de uno, dos Ante esta situación, la ejecutiva del SPD se reunió el lunes para intentar trazar una nueva hoja de ruta con el fin de marcar una fecha de investidura definitiva y de poner nombre al próximo jefe de la fuerza política. Bueno, nombres, ya que el partido parece estar barajando la bicefalia -que haya dos líderes en lugar de uno-. Además, la cúpula del SPD también apuesta por otro cambio: los nuevos líderes serán elegidos por los más de 460.000 militantes y no a dedo, como se hacía hasta entonces, en un intento de incitar a que potenciales candidatos se presenten. Así, estos podrán presentar su candidatura entre el 1 de julio y el 1 de septiembre. Justo después, cuando las listas estén cerradas, se celebrarán en torno a 25 conferencias regionales, en las que los candidatos presentarán sus propuestas a las bases. Hasta el 26 de octubre, día en el que tomará la decisión final: los militantes emitirán su voto. Finalmente, una vez los afiliados hayan emitido su veredicto, la cúpula del partido presentará la candidatura vencedora ante los delegados del SPD en el Congreso del partido, convocado para principios de diciembre, para que estos la aprueben. Será entonces cuando la socialdemocracia alemana tendrá a sus nuevos líderes.

Todavía no esta claro cómo ambas cabezas del partido se distribuirán el liderazgo ni qué funciones tendrá cada una. Lo que sí que se sabe es que una vez el Congreso haya finalizado y los sustitutos de la que ha sido la primera presidenta del SPD en 155 años estén definidos, el partido abordará uno de los temas que más fracturas le han causado: su papel en la conocida como GroKo, la gran coalición con los conservadores alemanes. Los críticos responsabilizan a la Grosse Koalition del fracaso del SPD y consideran que el grupo debe abandonarla el próximo 2021, cuando termina la legislatura, y volver a la oposición. Y es que desde que los socialdemócratas alemanes se aliaron con la CDU de Angela Merkel, no han dejado de caer.