La catedral de Notre Dame de París, en llamas desde ayer por la tarde, es el monumento más visitado de Francia, con 13 millones de personas al año, y símbolo de la historia del país en momentos clave. Notre Dame es, junto a la torre Eiffel, uno de los grandes atractivos de la ciudad y una de las obras maestras del arte gótico mundial, con más de 800 años de historia.

El obispo de la ciudad Maurice de Sully decidió en 1160 construir una catedral en el estilo de la época y, respaldado por el rey Luis VII, por los notables y por múltiples corporaciones profesionales, las obras comenzaron tres años después, pero tardaron en finalizar algo más de un siglo, en 1272. Durante un tiempo fue el edificio cristiano más grande del mundo occidental y símbolo de la riqueza y de la potencia de la capital.

Está levantada en el corazón de París, en la Isla de la Ciudad, y pocos metros delante de la fachada se encuentra el kilómetro cero de la red de carreteras radiales de Francia. Según los estudios arqueológicos realizados, se encuentra ubicada en el mismo lugar donde anteriormente hubo al menos cuatro edificios religiosos diferentes: una iglesia paleocristiana del siglo IV, una basílica de la época merovingia, una catedral de la carolingia y otra románica que se fue destruyendo conforme se levantaba la actual gótica.

Su historia ha estado estrechamente asociada a la de la ciudad y a la de toda Francia, con algunos momentos que han dejado huella. En 1793, en una de las fases de mayor anticlericalismo de la Revolución Francesa fue transformada en “Templo de la Razón”. Años más tarde, fue el lugar escogido por Napoleón para su coronación en diciembre de 1804 como emperador

La catedral fue también el escenario de las celebraciones de la liberación de París de los nazis, con un oficio religioso el 26 de agosto de 1944 al que asistió el general Charles de Gaulle, después de descender por los Campos Elíseos entre cientos de miles de personas. También allí se oficiaron funerales nacionales para personalidades políticas como Charles de Gaulle y los también presidentes Georges Pompidou y François Mitterrand.

El 15 de noviembre de 2015, dos días después de la oleada de atentados yihadistas en París en los que fueron asesinadas 130 personas y varios cientos más fueron heridos, tuvo lugar en Notre Dame una misa en homenaje a las víctimas. El 6 de junio de 2017, un hombre armado con un martillo agredió a un policía al grito de “¡Esto es por Siria!” junto a la catedral, antes de ser herido por otro agente, en lo que se consideró un atentado terrorista.

Actualmente se estaban realizando obras de restauración, con un costo estimado de 6 millones de euros, que debían prolongarse hasta 2022 y que necesitaron de la instalación de unos enormes andamios que llegaban a 100 metros de altura.