Bruselas - La Unión Europea (UE) pretende dejar en un segundo plano el Brexit después de que los líderes de los Estados miembros acordaran retrasar la fecha de la salida del Reino Unido hasta el próximo 31 de octubre, y espera poder concentrarse en cuestiones positivas sobre el futuro del proyecto comunitario.
“Lo que quiero decir es que ahora, en esta casa, nos estamos tomando un descanso sobre el Brexit. Hemos vuelto a nuestra agenda positiva”, dijo ayer jueves el portavoz jefe de la Comisión Europea (CE), Margaritis Schinas, durante la rueda de prensa diaria de la institución. El propio presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recalcó tras la cumbre de ayer que durante la prórroga “el curso de la acción estará por completo en las manos del Reino Unido”.
Desde que en noviembre del año pasado Londres y Bruselas pactaran el acuerdo de salida, las dificultades para aprobar el documento en la Cámara de los Comunes han dado lugar a unos meses de intensa actividad y negociación en la Unión Europea para dar luz verde a varios retrasos del Brexit y prepararse ante una hipotética retirada brusca. Con la prórroga adoptada en la cumbre, la UE espera reducir el espacio que el Brexit ha ocupado en su agenda los últimos tiempos.
El portavoz de la CE añadió ayer que el Ejecutivo comunitario está “satisfecho” con el resultado de la reunión de líderes, en la que se concedió una prórroga flexible a Londres que durará, como máximo, hasta el 31 de octubre, si bien el Reino Unido podrá dejar la Unión el primer día del mes posterior a que el Parlamento de Westminster ratifique el acuerdo de salida.
Así, si los diputados británicos aprueban el pacto el 16 de agosto, el Brexit se producirá el 1 de septiembre. La solución que adoptaron por unanimidad los mandatarios se encuentra a medio camino entre la extensión corta por la que abogaba Francia y la más larga que favorecía Alemania. Prevé, asimismo, que el Reino Unido haya salido de la Unión Europea antes de que se forme la futura Comisión y, por lo tanto, no tenga que nominar a un comisario para este organismo. “La unidad de la Unión Europea se preservó al completo. No habrá renegociación del acuerdo de retirada durante el tiempo de la extensión”, comentó Schinas. También hizo referencia al compromiso británico de actuar “de un modo constructivo y responsable” durante esta segunda extensión “de acuerdo con el principio y deber de cooperación sincera”.“Esperamos que el Reino Unido cumpla este compromiso y trate esa obligación de una forma que refleje su situación como un Estado miembro saliente”, apuntó.
La principal preocupación de los países que abogaban por otorgar a Londres una prórroga corta, con Francia a la cabeza, era que el Reino Unido impidiera el buen funcionamiento del club comunitario y bloqueara la toma de decisiones durante una extensión larga que podría haber llegado hasta el año, como planteó en un principio el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El portavoz de la CE reiteró que los veintisiete países que seguirán en la UE tras el Brexit continuarán reuniéndose sin los representantes británicos “para debatir cuestiones relativas a la situación tras la retirada del Reino Unido”.
Prepararse para el no acuerdo Además, recordó que durante la nueva extensión los preparativos de la Unión para una posible marcha sin pacto “seguirán siendo relevantes porque debemos estar totalmente preparados para todas las opciones posibles”. En ese sentido, la comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo aprobó ayer una propuesta para mantener la implementación del presupuesto de la UE durante 2019 en el caso de que el Brexit se produzca sin acuerdo. De ese modo, sería posible que los beneficiarios británicos recibieran hasta fin de año los pagos en ámbitos como la agricultura o el programa Erasmus, siempre que Londres aporte las sumas comprometidas en las cuentas de la UE para 2019.
El nuevo retraso del Brexit también señala que si el Reino Unido sigue siendo Estado miembro entre el 23 y el 26 de mayo, cuando se celebran las elecciones a la Eurocámara, y no ha ratificado el acuerdo para el 22 de mayo, deberá convocar los comicios al Parlamento Europeo en su territorio.
El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, negó que haya una “crisis constitucional” en el Reino Unido y calificó el bloqueo del Brexit de “desafío político” donde él es solo un “árbitro”. Famoso por sus estridentes gritos de “¡orden!” con los que hace callar a los diputados cuando hablan al mismo tiempo, el speaker recalcó que no le gusta utilizar el término “crisis constitucional” porque no se haya conseguido que el Parlamento apruebe el acuerdo pactado entre Londres y Bruselas. “En este momento -dijo-, el Gobierno no ha podido asegurar el apoyo en la cámara para su propuesta. ¿Es esta una crisis constitucional? No, me gustaría llamarlo desafío político”. - Efe