Bruselas - Heiko Maas, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, abría ayer la caja de pandora al no descartar la reapertura del Acuerdo de Salida, una opción rechazada categóricamente por Bruselas y los Estados miembros además de por la propia canciller alemana, Angela Merkel. Maas apunta a que las capitales europeas deben al menos, debatir esta opción, aunque reconoce que este escenario “es difícil de imaginar”.
No ha pasado ni un mes del nein, nein, nein, nein, nein, de Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo, después de que los periodistas le preguntasen en la cumbre de diciembre sobre la posibilidad de reabrir el Acuerdo de Salida cuando el ministro de Exteriores alemán pone sobre la mesa que este escenario debe de ser al menos discutido por las capitales europeas.
“Al final todo gira en torno a si el Acuerdo debería reabrirse o no, una decisión que necesitaría el consenso de los 27 Estados miembros. Esto es lo que debemos debatir ahora”, señalaba en una televisión alemana, en declaraciones que recoge Reuters. No obstante, la canciller Angela Merkel siempre se ha mostrado opuesta a una reapertura del acuerdo. Esta opción se sitúa en las antípodas, pero si hay algo que ha enseñado el Brexit es que todo puede ocurrir.
Ni una coma La mayoría de capitales europeas son totalmente escépticas a tocar una sola coma de las aproximadamente 600 páginas del texto legal que regula cómo debe de ser la salida del Reino Unido del bloque comunitario. El propio Ministerio de Asuntos Exteriores germano así lo reconocía poco después a través de su cuenta de Twitter: “Es difícil imaginar que se reabra al Acuerdo de Salida. Siempre lo hemos dicho muy claro y la votación de Londres no lo cambia”. La capital comunitaria y los Estados miembros se preparan en cambio para el escenario más sombrío: es decir el de una salida abrupta y desordenada. Así, la Unión Europea trabaja desde hace tiempo en un plan de contención que evite el caos por tierra, mar y aire que un no acuerdo dejaría. El escenario que cobra fuerza es la extensión del Artículo 50, que retrasaría la fecha de salida del 29 de marzo.
La prórroga serviría para dar aire a Theresa May, pero la Comisión Europea y los Veintisiete, entre la incredulidad y el hartazgo, no se lo darán a cualquier precio: ahora son ellos los que exigen “garantías” de que existe una hoja de ruta con posibilidad de supervivencia y que no sea enterrada de nuevo en Westminster.
Sin negociaciones a la vista De momento, no se prevén reuniones entre Bruselas y Londres antes de que Theresa May, primera ministra británica, presente su plan B ante Westminster el próximo lunes.
En el otro lado del Canal de la Mancha, las cosas no terminan de pintar bien. Mientras May intenta recabar consenso entre todos los partidos políticos, cada uno impone su agenda de líneas rojas, incluidas la primera ministra, que sigue rechazando un segundo referéndum y una unión aduanera. La primera ministra también evita comprometerse a que no habrá una salida sin acuerdo, como le exige Jeremy Corbyn, líder laborista de la oposición, para sentarse en la mesa de diálogo. - María G. Zornoza/Aquí Europa