Londres - El número dos del Partido Laborista británico, John McDonnell, encabezó ayer una manifestación en Londres contra las medidas de austeridad del Gobierno conservador, en la que muchos participantes llevaban chalecos amarillos en solidaridad con sus camaradas franceses.

Al término de la marcha, en la plaza de Trafalgar, McDonnell leyó ante la multitud un mensaje del líder laborista, Jeremy Corbyn, en el que pidió unas elecciones generales anticipadas para crear una “sociedad más justa e igualitaria”. Corbyn dijo que su formación “está preparada para tomar el poder” si el Ejecutivo tory de la primera ministra, Theresa May, pierde el próximo martes la votación de su acuerdo para la salida de la UE.

Si el pacto es rechazado, los laboristas, primera fuerza de la oposición en la Cámara de los Comunes, se plantean entonces impulsar una moción de censura -si creen que cuentan con los votos necesarios para ganarla-, lo que instigaría la dimisión del Gobierno y unas elecciones.

Miles de personas de diversas edades y procedencias, entre ellas sindicalistas y gente llegada de Francia, participaron en la marcha por el centro londinense, organizada por el grupo contra la austeridad Asamblea del Pueblo. La portavoz de este grupo, Ramona McCartney, dijo que la manifestación con chalecos amarillos pretende “retomar el espacio político acaparado por el Brexit y “expresar solidaridad con la izquierda y la clase trabajadora francesa”, que protesta con ese atuendo.

Llamamiento Entre los participantes, estuvieron Laurie Martin, de 26 años, y Erick Simon, de 57, de Normandía (Francia), que se solidarizaron con los británicos porque, dijo Martin, sus demandas “son las mismas que las de todos los que luchamos contra la austeridad en Europa”. “Todos los países europeos deberían unirse en esta batalla contra la austeridad”, apuntó Simon.

En los últimos días, ha habido también pequeñas manifestaciones en las inmediaciones del Parlamento británico por parte de elementos de extrema derecha que, en algunos casos, llevaban asimismo chalecos amarillos. - Efe