Bruselas - La Unión Europea es un continuo movimiento de fichas. Las capitales intentan situar a los suyos en los mejores puestos, y la influencia de los países dentro de la UE está fundamentalmente marcada por la capacidad de los Gobiernos de situar a sus nacionales en las mejores oficinas. Y Berlín tiene mucha influencia.

Durante mucho tiempo Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, ha sonado para ocupar la presidencia del Banco Central Europeo, actualmente en manos del italiano Mario Draghi. A Berlín no le ha gustado la gestión del transalpino, y Weidmann, el halcón líder en Frankfurt, ha estado en todas las apuestas desde que se comenzó a debatir quién sería el siguiente en ocupar el cargo. Pero ahora, Merkel considera que su máximo objetivo debe ser que el candidato de Alemania llegue a ser presidente de la Comisión Europea, sucediendo a Jean-Claude Juncker. Eso ocurrirá tras las elecciones europeas de mayo de 2019.

Para ocupar la máxima oficina en Bruselas la canciller deberá asumir que un alemán no podrá ocupar la máxima oficina de Frankfurt, que quedará libre cuando Draghi haga las maletas y se marche el 31 de octubre de 2019. Al menos eso publica el diario alemán Handelsblatt. Según explica el periódico germano, el acuerdo cerrado entre Juncker y el presidente estadounidense Donald Trump ha sido importante para reafirmar a Merkel la importancia que tiene ser presidente del Ejecutivo comunitario. - Nacho Alarcón/Aquí Europa