Tierras de viñedos marcadas por la geografía y la Historia, de buenos vinos y magnos monumentos que hacen del oeste soriano un gran destino para un día o para muchos. Las localidades incluidas en la D.O. Ribera del Duero en Soria son: San Esteban de Gormaz, Aldea de San Esteban, Atauta, Ines, Matanza de Soria, Olmillos, Pedraja de San Esteban, Peñalba de San Esteban, Quintanilla de Tres Barrios, Rejas de San Esteban, Soto de San Esteban, Velilla de San Esteban , Villálvaro, Langa de Duero, Castillejo de Robledo, Miño de San Esteban, Alcubilla de Avellaneda, Alcoba de la Torre, Alcubilla del Marqués.

Muy interesantes son las bodegas tradicionales en numerosas localidades de la zona. Bodegas centenarias, horadadas en la roca, alineadas y ordenadas como si de un núcleo urbano se tratase. Pasear entre ellas, algunas declaradas BIC, no es solo disfrutar de la historia y de la original arquitectura subterránea, es también compartir entre viajeros y pequeños bodegueros olores, sabores y experiencias. Muchos son los conjuntos de bodegas tradicionales a visitar en la zona.

En Langa de Duero y en San Esteban de Gormaz son visitables sendos lagares, el primero es exterior y en el de San Esteban es necesario contactar con la oficina de turismo que nos ofrecerá visita guiada. La vida a los lagares siempre les llega con la vendimia y es una buena opción conocer los orígenes para poder comparar con las nuevas bodegas de la zona.

El vino de la ribera soriana es selecto por seguir un proceso natural y tradicional, sin dar la espalda a la innovación, viñedos viejos que ven pasar el tiempo que ya es historia y nos recuerdan a las gentes que aquí vivieron y cuidaron la tierra con mimo. Hoy recibimos su herencia de buenos caldos. Son vinos excelentes por la tierra que los acoge entre el sistema Ibérico y el S. Central, marcado por la climatología y la altitud. El carácter también lo aporta la rica genética de los viñedos viejos en pequeñas parcelas de cepas centenarias y el trabajo de los enólogos de las bodegas sorianas que priman la calidad sobre la cantidad.

En la Ribera del Duero soriana pequeñas empresas con limitadas producciones trabajan la viticultura tradicional, sin menospreciar las técnicas más modernas. La familia de los caldos crece en la Ribera soriana desde los reconocidos tintos, rosados y blancos. Los espumosos le dan un valor añadido a esta tierra de frontera entre castillos, románico porticado, gótico, yacimientos celtiberos-romanos y el más destacado monumento soriano, la

naturaleza.