madrid - Hoy a las diez de la noche el canal #0 de Movistar+, estrena el primero de estos episodios que, bajo el título Niños rotos-Colombia, mostrará la realidad del cuarto país del mundo con más muertes infantiles y donde 4.000 niños sufren abusos sexuales al año, el 85% en su entorno familiar. Sonia López dará voz a muchas familias que sufren este drama, lo mismo hará con México donde a diario mueren seis mujeres y cada cuatro horas es violada una mujer.

¿Cómo son las puertas del infierno?

-En el caso de lo que hemos hecho Noemí Redondo y yo, se trata de un programa de reportajes documentales sobre situaciones que vive la gente en otros lugares del mundo; situaciones que para nosotros pueden ser normales como ser homosexual, mujer, niño, activista medioambiental o taxista, según en qué lugares estés puede convertirse en una situación de alto riesgo.

¿Con qué reportaje se estrena hoy ‘A las puertas del infierno’?

-El programa completo son ocho capítulos y los cuatro primeros van a ser lo que he hecho. El primero, el que va hoy está hecho en Colombia y se llama Niños rotos. El documental muestra cómo viven los niños que han nacido en un barrio conflictivo, en un barrio que no te da oportunidades. Está situación hace que seas en el futuro una persona u otra.

¿Están en grave peligro los niños en Colombia?

-En algunas zonas, los niños son vulnerables creciendo en barrios como La comuna 13 o Ciudad Bolívar, en Medellín y Bogotá.

¿Periodismo de denuncia el suyo?

-De denuncia o, simplemente, periodismo de contar historias que al final es lo que nos gusta a los que nos dedicamos al periodismo?

Pero historias que de bonitas tienen bien poco, son muy duras.

-A veces puedes contar historias superbonitas, es muy agradable, y otras veces son más crueles y más duras, como estas de las que estamos hablando y que se verán los jueves en el canal.

Colombia ha disminuido su nivel de riesgo, pero si hablamos de México y de la situación de la mujer?

-La situación de la mujer en este país es muy cruel y dura. Personalmente, de los programas que he grabado es el que más me gusta, pero la dureza es terrible. Sientes que hay una injusticia brutal, hay un machismo tan metido en la sociedad que resulta inconsciente.

¿Se asume por parte de la sociedad?

-Decir que se asume es lo más duro, no toda la sociedad mexicana lo asume, pero sí una buena parte. Que digan que ha desaparecido una chica o que a otra la han encontrado en un basurero y la gente comience a asumirlo como cotidiano es el auténtico peligro. Es peligroso que la gente no se escandalice por esa violencia hacia la mujer que hay en México.

Tiene que ser un infierno para las familias de las mujeres desaparecidas y asesinadas.

-En cualquier caso sería un infierno, pero en el caso de México no es un infierno respaldado por la sociedad. La gente se está acostumbrando en México a que la mujer sea utilizada y maltratada, no quiero generalizar y que se piense que en todo México se vive así, pero las cifras son escandalosas y duras: mueren seis mujeres al día en todo el país, cada cuatro horas es violada una mujer.

¿Sintió miedo al hacer alguno de estos reportajes?

-Miedo, no. Estoy muy acostumbrada a ir a lugares de riesgo, lo que tienes que tener es más precaución según a los sitios a donde vayas. No es lo mismo grabar en México que en otros sitios. Te involucras tanto con los testimonios, con las personas con las que hablas, con las familias de las víctimas, que piensas que pasar miedo al lado de los casos que estás viendo es una tontería. El auténtico peligro lo tienen ellos, no tú, que estás unos días y te vas.

Su trabajo siempre ha estado relacionado con el mundo del reporterismo, ¿no?

-Lo último que hice antes que A las puertas del infierno fue un programa para Cuatro que se llamaba Cabo Vadillo. Estuve diez años en Callejeros y Callejeros viajeros. Estuve en la subdirección, dirección y como reportera de este programa. Formé parte del equipo inicial hasta los últimos días de estos espacios y antes, cuando empezaba fui reportera de Mi cámara y yo en Telemadrid.

¿Siempre quiso ser reportera?

-Ni me lo pensé, cuando empecé a trabajar lo hice en televisión y a partir de ahí, casi toda mi vida la he desarrollado como reportera. Lo mío es la calle y contar historias desde la calle.

Parecía que el reporterismo había caído en desuso, ¿cree que vuelve a ocupar un puesto importante en las parrillas de televisión?

-Ojalá fuera así. Hemos pasado una época en la que, más que el reporterismo, los programas de información y reportajes habían pasado a un segundo o tercer plano porque había mucha más parrilla de entretenimiento. Eso dolía un poco, al final, los que nos dedicamos a esto queremos que haya muchos programas que cuenten las historias de la gente. Llevamos una temporada de dos o tres años que están en alza los programas de reportajes. Casi todas las cadenas tienen uno o dos en sus parrillas.

¿Se ha frivolizado la televisión? O dicho de otra forma, ¿se ha frivolizado la sociedad?

-Yo creo que se necesita el entretenimiento, pero tiene que haber un equilibrio, lo que no puede ser es que solo haya entretenimiento o que solo haya información. Hay veces que necesitamos entretenernos, dejar la cabeza en un lugar más ligero y que no te hagan pensar o sufrir; pero tiene que haber también programas que te cuenten qué está pasando en otro país. No creo que el entretenimiento sea algo más liviano.

Más liviano hacer ‘Callejeros viajeros’, supongo.

-Mucho más, no quiere decir que fuera menos duro como trabajo, las horas de calle y de rodaje eran muchas. Es más simpático contar lo bonitos que son los sitios a los que vas, hablar con la gente y que te cuente cosas agradables. No es lo mismo que estar hablando en México con la familia de una mujer que ha desaparecido o con la familia de una mujer que han asesinado.

¿Qué país es el que más le ha impresionado de todos los reportajes que ha hecho en su vida profesional?

-Es complicado, cada uno te impresiona por una cosa u otra. Cuando estuve en Callejeros viajeros me impresionó mucho Colombia como lugar atractivo para ir de vacaciones, aquí tenemos una opinión muy dura de este país. Tiene unos paisajes increíbles, sobre todo por la zona del Caribe. Sin embargo. ahora he estado en Colombia haciendo este reportaje de los niños y ves otra realidad.