La desmantelación de TVE no solo viene por sus nefastas decisiones de producción y programación. Concursos contrastados como el de Jugamos en casa que son todo un clásico de mucho éxito en la NBC, aquí se convierten en desastre por las aportaciones que se le hacen. Para empezar, la pareja de presentadores no son cualquiera: Los Morancos. Un dúo que pesa mucho y acaba yendo al fondo con su manera anticuada de entender el humor. Luego, por cambiar, han cambiado hasta los decorados. Lo que en la televisión americana ocurre en un apartamento oscuro de Los Ángeles aquí han elegido un ático con las mejores vistas de Madrid. El resultado es que no funciona lo que en la NBC marcha como un tiro. Y es que en el camino de malas decisiones de los actuales gestores de TVE se pueden ir anotando también el de quedarse sin platós, acaban de vender Estudios Buñuel además de haber demolido muchas de las instalaciones que les quedaban en Prado del Rey. Desmantelar estos estudios es ir contra la historia misma de TVE ya que buena parte de la televisión que hemos visto se ha hecho ahí. Cualquier programa que uno recuerde qué sé yo: Un, dos, tres, El precio justo o Tengo una pregunta para usted -donde Zapatero aseguró que el café valía 80 céntimos-, son unos pocos ejemplos. Los Estudios Buñuel sirvieron de marco para la recreación de El Quijote de Gutiérrez Aragón o La Forja de un rebelde de Camus por elegir un par de series. Su destino será una urbanización de pisos de lujo. No podía ser de otra manera en el país de los pelotazos. Todavía quedarán los estudios 10 y 11 que podrán ser utilizados, pero parece que su rehabilitación está complicada por problemas con el amianto, una sustancia cancerígena que los hace inservibles y cuya rehabilitación es costosa. La historia de los Estudios Buñuel habla por sí sola de lo que le viene ocurriendo a TVE.
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