Hasta Los Simpson acaban aburriendo. Después de un par de décadas en televisión, hay capítulos que habremos visto entre 30 y 40 veces. Pero ahí siguen repitiéndose al mediodía antes de los informativos. Con cifras que han pasado de obtener los mejores resultados con un 30% al 10% de audiencia que mantiene actualmente. La idea de repetir y repetir estos capítulos de Los Simpson tiene algo de supersticioso. Parece como si no se atrevieran a darle carpetazo a esta serie. También es cierto que con ella arrastran a espectadores que de otra manera nunca verían los informativos de Antena 3 porque estarían repartidos en su mayoría por otras cadenas. Digamos que hay un trasvase de espectadores: unos que huyen de la seriedad de las corbatas de Vicente Vallés y las faldas desfasadas de Lourdes Maldonado y otros más que recalan en ellos desde el resto de las cadenas. Antes Los Simpson dejaban un colchón que poco a poco el informativo iba perdiendo. Ahora pasa al revés. Los dibujos ya no tienen ese tirón que tuvieron. Es posible que en poco tiempo se acabe la rutina de comer con Homer y compañía porque después de 25 años de historia (arrancaron un 17 de diciembre de 1989) ya no son rentables. Lo que no se termina de entender es por qué Atresmedia no ha apostado por renovar la serie que tanto éxito les ha dado como hacían antes que cada año incorporaban los nuevos y los mezclaban con la viejos. Y más teniendo en cuenta que en sus 26 temporadas han sido capaces de parir 561 capítulos. Una cifra que a pesar de emitir dos por día alcanzaría para no reponerlos cada dos años y no cada 15 días como ocurre ahora. Es como si la cadena se hubiera hecho con los derechos de un puñado de ellos y los estuviera estrujando hasta que no les quede ni una gota. Y a este paso los van a dejar tan secos. También es cierto que los nuevos Simpson ya no son lo que fueron.