¿Qué hace una televisión con los subtítulos que produce? Los archiva, los vende, los guarda en el éter del recuerdo? Me pregunto esto al hilo del acuerdo entre el Gobierno Vasco y Canal + por el que estos se comprometen a ofrecer desde el 1 de diciembre más de 100 películas y unas 11 series en versión original con subtítulos en euskera. Entre ellas, la tercera temporada de The Newsroom y la segunda de The Blacklist (chúpate esa Yolanda) subtituladas en euskera. Una iniciativa que, digo yo, no tendrán la oportunidad de frenar ni paralizar ni bloquear desde Navarra y Madrid PP, UPN y sus socios puntuales o habituales, tan empeñados en que sus chicos, eso sí, aprendan inglés, aunque sea a costa de olvidarse del euskera o en denunciar las antenas que permitan captar las señales de EiTB en suelo foral o denuncien otras formas de que se vea a través de los nuevos sistemas de TDT. Y es que acuerdos de este tipo son los que pueden normalizar esta lengua en una sociedad donde si fuera por los actuales mandatarios navarros el euskera estaría archivado en cuatro cajas junto a las estelas discoideas del museo de Navarra. El convenio cuenta con un presupuesto de 369.332,26 euros, de los que el Gobierno Vasco aportará 191.250 euros y el resto correrá a cargo de Canal +. Es interesante descubrir que una empresa privada de comunicación participe en este tipo de iniciativas. No creo que entre sus fines solo haya motivos románticos y supongo que habrán valorado en cuánto pueden rentabilizar este esfuerzo. Está claro que un canal de pago tiene que mirar por el futuro de sus espectadores y sabe que una parte importante de sus compradores de hoy y de mañana quieren hablar el euskera. Porque la televisión es un buen instrumento para aprenderlo. La pena es que también lo saben quienes de manera pertinaz no permiten una mísera señal para el euskera