TERELU lo deja. Me refiero al programa Sálvame. Dice que su trabajo no le da la felicidad que necesita. "No estoy como creo que debo estar". Pero, ¿como hay que estar en un programa como el Sálvame? Puede que a Terelu tanta tensión en los cotilleos se le acumule ahí en los hombros y le machaque las cervicales y lo pase mal con dolores de cabeza y así. Puede que por las noches sufra pesadillas como que al darse la vuelta para beber un poco de agua y tomarse la pastilla contra las migrañas, los Kikos y el resto de colaboradores del programa la apuñalan uno a uno por la espalda.

Los sueños son tan necios como la realidad, como esa marea blanca de personal sanitario madrileño que ha conseguido para la sorpresa de la gran mayoría de los informativos que se suspenda el plan de privatización de hospitales en Madrid. Y sin embargo, ¿cuándo se ha hablado de ellos? Se lo tienen que hacer mirar. Una protesta diaria que ha pasado de puntillas por la redacciones de casi todas las televisiones hasta que la realidad lo ha sacado en todo su esplendor: ahora que lo han conseguido, hagan memoria: ¿cuántas veces les habían contado que en los centros médicos y hospitales madrileños había una protesta? Y no valen los parientes de Alcorcón ni los amigos de Móstoles. Hablaban hoy en los informativos de la marea blanca como si nos la hubieran sacado a diario. Pero no. Ha sido la realidad del día a día. La lucha de los profesionales de la salud en Madrid quienes se lo han currado. Ahora presentan la dimisión del consejero de Sanidad como si le hubieran dedicado el mismo esfuerzo que a las protestas del bulevar de Gamonal en Burgos. Tampoco han dicho nada de que el nuevo novio de Belén Esteban sea el conductor de ambulancias que la salvó de una sobredosis. Va a ser que tienen algo contra la medicina pública. ¡Pobre Terelu!