DAVID Bisbal deja La voz porque ya tiene en el mercado su nuevo disco cuya intimidad apabulla: Tú y yo. Tras meses de innacción le ha llegado la hora de promociones, conciertos, entrevistas y lo que haga falta. Hasta ahora, la tele le sirvió como mera plaza de garaje desde la que mantener fresquita su popularidad para cuando le haga falta, como ahora que ya tiene disco. Está claro que las nuevas promociones de cantantes o se meten en este circo mediático de la televisión o se pueden ir olvidando de hacer carrera musical y vender discos por sus dotes artísticas.
Quizás por eso tampoco sorprenda el enésimo fichaje de Alaska para la tele. Esta vez es para sustituir a Joaquín Reyes y Mara Torres. Este magacin de La 2 que nació viejo y que todavía no lo dan por finiquitado sino que se los van a pasar tal cual a Alaska y al showman Javier Coronas para futuras nuevas entregas. Aunque para fichaje estrambótico el de Norma Duval que junto con el coreógrafo Ángel Corella serán dos de los miembros del jurado del nuevo Mira quién baila, que a partir de mañana, regresa con Jaime Cantizano y sin rastro de Anne Igartiburu por ningún lado a TVE-1, tras unos años paciendo en los frondosos prados de Tele 5.
Y puesto a elegir una la escena televisiva de la semana, no cabe duda de que la mejor es la que protagonizaron el viernes el Papa Francisco en su recibimiento a Francois Hollande y que pesa muchos quilates. Momento tenso el protagonizado por ambos. Un marrón protocolario que cada uno pasó como pudo. A Francisco se le veía serio como tratando de decirle algo con el gesto, se supone, por los últimas correrías amorosas. Y el maduro presidente francés se le veía como un adolescente tras una gamberrada. ¿A este encuentro le pegaba una canción de Pimpinela? Ya ven, deformación profesional.