bilbao. Disfruta con la profesión y comenta entre risas que ha descubierto la hiperactividad. Dice que la edad obliga a ir dejando que el camino lo recorran otras personas, pero lo dice con la boca pequeña porque no predica con el ejemplo. No para de dar conferencias, tiene un programa de entrevistas en Canal +, un videoblog y muchas invitaciones para actos de todo tipo. Es un donostiarra afincado en Madrid que sigue con interés cómo su equipo del alma, la Real Sociedad, se desenvuelve esta temporada. "Pero soy un donostiarra atípico porque también me gusta que ganen Osasuna o el Athletic", ha asegurado en más de una ocasión.

¿Qué significado tiene para usted el premio Ondas que acaba de recibir?

Tiene un sabor especial para mí. Es un premio otorgado por votación popular. Con motivo del 60 aniversario de los Premios Ondas hicieron una relación de comunicadores un poco históricos y la gente votó. Es un premio bonito y entrañable.

Sigue en activo y sin parar.

He descubierto la hiperactividad a la quinta edad.

¿Quinta?

Ja, ja, ja? No paro, tengo mucha actividad. Hago un comentario en Hoy por hoy, es muy breve; tengo un vídeoblog, tengo un programa de entrevistas en Canal + y luego me invitan a muchas charlas, conferencias y cosas muy variadas. Tan variadas como estar en Bilbao hablando de los coros de Verdi o en Donostia hablando de la paz; en fin, me siento muy honrado y agradecido porque me inviten a los sitios, aunque lamento no atender a todos porque intento mantener un mínimo de serenidad de vida.

Recuerdo que en su día, cuando dejó la televisión de forma diaria, me dijo que iba a dedicar su tiempo a Lola, su mujer, y a hacer vida más familiar.

Y lo estoy haciendo, pero no es tan fácil controlar todo. Me dado cuenta que en el trabajo, o siempre tienes mucho menos que el que necesitas o mucho más del que puedes atender. Fíjate, ahora que hay escasez de trabajo, yo tengo más del que puedo atender?

Es un privilegiado.

No te quepa duda, tenía intención de disponer de más tiempo, tengo más que antes. El trabajo es una cosa injusta, no siempre está equilibrado.

¿Echa de menos la actividad diaria?

Claro que la echo de menos, sé que es un tiempo que tiene que pasar, pero también en otros aspectos de la vida vas despidiendo cosas. Tengo 71 años y vas entendiendo que hacerte mayor significa que el camino siga adelante con otra gente. Te vas retirando de las cosas; como me encuentro en gran forma física y en plenitud de facultades, te resulta más difícil, es sin anestesia y resulta más difícil que si estuviera hecho papilla. Lo de irme lo veo con enorme naturalidad, es lo lógico.

Si hablamos de periodismo, hay que decir que no corren buenos tiempos para la profesión.

No corren buenos tiempos para casi nada, no solo para nuestra profesión, y si hablamos de los arquitectos, tampoco? Son tiempos muy malos para todos, para el periodismo especialmente porque a la crisis general, hay que añadirle la crisis derivada por la aparición de nuevos soportes: redes sociales, internet y demás que están alterando el orden que había. Son tiempos de mucho cambio y de cambio sobre cambio: hay un paro tremendo, contratos basura y muchas otras cosas.

Se critica la práctica de un periodismo controlado desde la política y la economía.

El periodismo siempre ha estado observado con atención vigilante por parte de la política. El periodismo siempre ha tenido una relación difícil con la política, no es fácil saber colocarse en la postura adecuada y en la distancia adecuada. Eso no es algo nuevo, lo que ocurre es que en los momentos de crisis, cuando las empresas periodísticas están sumamente angustiadas, hay temas que se complican más.

¿Hacia dónde puede ir el periodismo?

El periodismo no tiene ningún problema, va a funcionar toda la vida muy bien. El problema es qué va a pasar con las estructuras empresariales que hasta el momento han hecho posible el periodismo. La profesión se irá adaptando con los cambios necesarios, el problema está en qué va a ocurrir con El País, con el Washington Post, con Deia, El Correo?, con sus estructuras empresariales. El periodismo siempre se ha adaptado. Todas las empresas del mundo están tratando de conseguir el camino adecuado para rentabilizar la actividad periodística.

¿Se está haciendo un buen periodismo?

Toda la vida se ha hecho un periodismo bueno, malo y regular. Lo que yo percibo es que todas las empresas están ahora mismo menos preocupadas por los contenidos periodísticos porque están completamente obsesionadas y angustiadas por la situación financiera. La atención periodística se ha reducido porque está proyectada para ver cómo sobrevivir, las empresas se pasan todo el día haciendo cuentas para ver cómo no morirse.

Si volviera a nacer, seguiría siendo la radio la que volvería a escoger para trabajar.

Sin ninguna duda, creo que la radio es el medio más verdadero, más sencillo, más directo, el que está más a salvo y que por mucho que cambie este mundo, será el que tenga más encaje. Es el que establece la comunicación más directa, la más caliente y la más sencilla.

La televisión es el medio que más fama y popularidad da a los periodistas.

No sé qué decirte, hay muchos periodistas de televisión que no han adquirido ni la cuarta parte de notoriedad que ha adquirido Luis del Olmo? Da otro tipo de notoriedad, es más cinematográfica, más espectacular, más aparatosa y un poquito más falsa. Siempre he dicho que la gente que te conoce por la tele, te puede no conocer; la gente que te conoce por la radio, te conoce. La radio te desnuda mucho más.

Usted es un periodista de referencia, pero ¿hay alguien al que Iñaki Gabilondo admire de forma especial?

A mucha gente, pero a uno especialmente, a Manu Leguineche. Es vizcaíno y el periodista más verdadero que hay, es un tío imponente. Hay gente joven también muy buena: admiro a Nacho Escolar, Ana Pastor, Jordi Évole, es un tío imponente y es amigo mío, hay gente muy buena. Se están haciendo cosas muy buenas y otras regulares, lo que pasa es que al observar el panorama vemos que está complicado el oficio. Pero si hay que destacar un nombre propio, el nombre propio que destacaría es el de Leguineche.

¿Ha envidiado ese periodismo que en su día practicó Manu Leguineche?

Cada uno hemos hecho la labor que nos ha tocado. Yo no he sacado exclusivas, se sacaban desde la redacción de la cadena Ser, yo lo que hacía era vehiculizarlas y eso también tiene sus emociones e intereses. Pero eso no tiene las mismas emociones que las peripecias vividas por Manu; él ha hecho el periodismo más de verdad, el de contacto directo con los hechos, quizá por eso lo destaco. Pero me hubieran gustado todos los oficios que hay dentro de este oficio.