vitoria. Es su primera experiencia como presentador de televisión, pero no dudó en aceptar el encargo de relevar a Marta Fernández. A través de estas líneas, hace un balance positivo de estos meses.

Una emisora fue a su escuela cuando tenía nueve años y le tocó leer un texto. ¿Ahí empezó todo?

Es verdad que en 3º de EGB un día la maestra dijo que teníamos que escribir un texto y me tocó leerlo en la radio. De aquello me quedó un poco el gusanillo. Pero posiblemente también ha influido que mi madre tenía todo el día la radio puesta en casa y que con mi padre en el camión también íbamos oyendo la radio.

¿De niño cogía un chupa chups y jugaba a que era un micrófono?

Bueno, sí recuerdo haber jugado con mis hermanos a que hablábamos por la tele con una caja de cartón. Empecé a querer ser periodista desde muy joven, pero no tanto.

¿Periodista sin más o concretaba en la radio?

No, eso ya fue en la universidad. Y entonces también me gustaba la televisión informativa.

Y llegó a la tele hace poco, pero al otro lado de la mesa... de contertulio en varias cadenas.

En las tertulias solo he estado un año y medio mientras que en la radio estuve 15 años. Pero antes hice más cosas: he escrito las crónicas del Numancia en Primera División para la agencia Efe e incluso he sido guionista para Disney Channel.

Lleva tres meses al frente de 'Las mañanas de Cuatro'. ¿Se lo pensó mucho aceptar?

No. Me dijeron lo que querían hacer y fue rápido, ni siquiera hice un programa piloto. No había presentado nunca en la tele, fue un poco saltar cuesta abajo y sin frenos. El proyecto era presentar un programa de actualidad, que es el terreno donde me muevo; y he presentado mucho tiempo en la radio y no es tan distinto. Es muy importante aplicarle naturalidad, no creerte por encima del bien y del mal, tratar de contarle a la gente las cosas con mucha sinceridad, y eso es lo mismo en la radio que en la tele.

¿Qué modelo de presentador se planteó ser?

El modelo de comunicador que yo entiendo tiene que tener un criterio periodístico a la hora de seleccionar y contar las noticias con el máximo rigor, de una forma atractiva y sincera. La comunicación es algo tan complejo y a la vez tan sencillo como conectar con la gente. La objetividad expresada como una cosa aséptica no existe. Lo que yo busco es que haya las máximas interpretaciones posibles. Aparte está la línea editorial del medio y del programa, eso también forma parte de la profesión. A partir de ahí cada uno tiene sus propios registros, su propia forma de ver las cosas, tanto el presentador como la gente de la que se rodea. A nosotros nos gusta rodearnos de gente muy variopinta. A la tertulia han venido personas con ideas muy diversas, siempre sin faltar al respeto pero tampoco a la verdad.

¿Alguna vez ha sentido que perdía el control de la tertulia y necesitaba un silbato de árbitro?

No, eso no. Pero si hay que tener temperamento, lo tengo. Además, lo bueno de este programa es que no es solo un debate, también hay mucha conexión en directo, mucho vídeo, entrevistas... y todo esto contribuye a que la gente se relaje.

¿Le parece que se le queda corto el tiempo del programa, que pasan demasiadas cosas cada día?

Sí, pero en la radio he hecho programas de media hora y he tenido que condensar un informativo en cinco minutos porque había un partido de fútbol. También me tocó hacer informativos en agosto en Soria y los llenábamos de noticias, así que imagínate lo que es para mí poder tirar de actualidad nacional e internacional durante una hora y media.

¿El problema es seleccionar?

Nosotros no somos un informativo, somos un programa de actualidad; y además de la claridad tenemos que buscar la originalidad porque siempre hay noticias en las que coincidimos todos. Hay que fijarse en algo que creamos que no se van a detener los demás o buscar un punto de vista diferente.

Hay miles de periodistas despedidos cuando más falta hacen los profesionales bien formados, bien pagados y con experiencia. ¿Una contradicción más?

Evidentemente hay muchas cosas mejorables. La contradicción es que el periodismo cada vez se reivindica más como una profesión muy necesaria porque está contando muchas cosas que nos ocultan, pero en cambio no aparece como una de las profesiones de mayor prestigio y sobre todo está muy machacada por el paro y la precariedad. Está claro que el periodismo es un contrapeso fundamental en la sociedad, pero hay que decirlo con humildad. Tampoco vamos a creer que somos la luz, la verdad y la vida.

¿Cree que los políticos y la sociedad tienen la convicción de que no hay democracia sin un periodismo plural y saneado?

Creo que buena parte del país entiende el periodismo como algo necesario. Otra cosa es que entren en una dinámica más aceptable. Ahí tenemos al propio presidente del Gobierno que dio una rueda de prensa a través de un plasma. Es evidente que no se encontraba muy cómodo con dar la cara ante los medios de comunicación.

¿El periodismo de investigación es un género en extinción?

Es un género bastante antiguo y yo creo que se va a mantener porque siempre va a ser necesario. En eso no creo que hayamos ido hacia atrás, hay gente muy buena trabajando en la comunicación.

¿Sin preguntas no hay cobertura?

Hay comparecencias que no llevan preguntas, pero por lo general se debería poder preguntar. Si temen las preguntas es porque tienen algo que ocultar.

¿Y sin repreguntas hay periodismo?

Es fundamental, pero para eso hay que saber escuchar y a veces es complicado porque en la tele hay que estar pendiente de muchas cosas: el pinganillo por el que te hablan desde el control, un guion,... Pero sí, hay que repreguntar si la respuesta ha quedado en el aire y debe quedar claro que el invitado no ha querido contestar.

¿Hay políticos que se han negado a acudir a Las mañanas

Sí, claro, pero eso pasa en Las mañanas y en todas partes. Hay dirigentes políticos que seleccionan a qué medios van e incluso a qué periodistas conceden una entrevista. Allá ellos. Yo intento hacer mi trabajo igual con unos que con otros.

Desde hace un par de años parece que la audiencia sigue con más interés los informativos, tertulias, debates... ¿Están cambiando los gustos poco a poco o es la preocupación por la crisis?

La audiencia es un ser vivo y probablemente ahora está más interesada en estos programas que hace cinco años. Conectamos más con la gente porque están pasando muchas cosas.

¿Le preocupa encontrar el tono adecuado: ni alarmismo ni conformismo?

En esta profesión el tono es algo muy importante. Debe ser lo más natural posible y no manifestar indolencia ni caer en el eufemismo.