NO quiero ser agorero pero que sepan que el 15 de febrero, es decir el viernes que viene, un asteroide pasará a menos de 30.000 km de la Tierra. Se llama DA14 y cada vez está más cerca. Habrá que confiar en los entendidos, que aseguran que, de momento, no hay peligro, pero a estas alturas uno ya no se fía de nadie. Para empezar porque hasta hace un año nadie lo había visto y ahora todo el mundo parece saber de él. ¡Ah, tertulianos! Menuda raza más incombustible. A mí me gusta de ellos ver cómo se visten. Hay debates televisivos en los que prima más la forma que el contenido. Vean si no el pijerío que reina en El gran debate de Telecinco, que más parece que vayan de boda que a hablar de Bárcenas, Rajoy o Rubalcaba. Se visten con trajes de brillos, zapatos italianos ellos y ellas mayormente con tacón de aguja y cruce exagerado de piernas. Ojo, que eso no ocurre con los De boca en boca de ETB 2 que presenta Reyes Prados, con tertulianos que aparecen como debe ser: con la suela desgastada. Puede que el concepto de hacer televisión cambie y que el pijerío se imponga sobre los contenidos en algunas tertulias. Hay una norma de la tele espectáculo que choca con la gravedad de los temas que se tratan. Algunos son incapaces de hablar de corrupción si no llevan puesta la corbata. Puestos a mirar el traje, el premio se lo llevaría Urdangarin. ¿Cuántas veces le hemos visto bajar la cuesta de los juzgados tocado de chaqué? Esa chaqueta entallada, ligeramente más larga que la americana de los trajes, no es lo más apropiado para contestarle a un juez. A no ser que después del juicio duque y juez se vayan a tomar el vermú al Club de Campo o por ahí, que todo puede pasar en este mundo donde políticos y realeza compiten por colapsar los juzgados. ¿A que ese maldito asteroide acaba cayéndonos encima y nos pilla mirándole el chaqué a Urdangarin?