VITORIA. No solo Euskal Telebista nació en el 82, también Euskadi Irratia, la primera emisora en euskera del grupo -23 de noviembre-. Pero poner en marcha el proyecto no fue tarea fácil. En el caso de ETB fue un grupo de 40 personas entre técnicos y profesionales de la información los que hicieron posible a la hora cero del 82-83 ver ondear la ikurriña y escuchar el himno de Euskadi y el primer discurso televisado de un lehendakari. "Sí, fue un equipo de apenas 40 profesionales el que hizo todo aquello posible. Yo tenía 37 años y, salvo Luis Iriondo, Iñaki Beobide y Xabier Elorriaga, era el más viejo. La mayoría de ellos tenían veintitantos años", recuerda Amatiño. Pero Madrid ponía piedras en el camino y nunca facilitó la labor al Gobierno vasco: "El debate político se suscitó entre Arias Salgado, que esperaba una televisión local costumbrista, y el consejero de Cultura, Ramón Labayen, que defendió una televisión al uso y homologable, como cualquier otra", rememora Amatiño.

"Nosotros queríamos una televisión propia y ya le dije a Arias Salgado, entonces director general de RTVE, que íbamos a hacer una televisión tan mala como la suya. ¿Sabe usted que me contestó? Que me costaría hacer una tan mala como la de ellos", recuerda todavía el propio Labayen. Euskal Telebista nació como un islote en el espectro radioeléctrico, cercado por el monopolio de TVE. "Nos negaron la red de comunicación con el resto del mundo. Suerte que teníamos la frontera francesa a un paso, la RTF nos ofreció una relación estrictamente profesional, contra factura por los servicios prestados, y la antena del monte Larrun, en Iparralde, fue nuestra tabla de salvación y nuestro único puente con el mundo. Incluso la comunicación con la Televisión de Cataluña la hacíamos por la vertiente norte de los Pirineos", señala Amatiño recordando las dificultades con las que bregaron al principio.