VITORIA. Acaba de regresar de Nicaragua y comenta que es la experiencia más fuerte que ha vivido a nivel profesional.

Hablemos del caso Ana Urchueguía.

Somoto ha sido un trabajo muy bonito; bonito desde el punto de vista periodístico, el caso apesta se mire por donde se mire. Es una labor de conjunto entre el equipo de investigación de Noticias de Gipuzkoa, el resto de periódicos del grupo y la radio; eso empasta mucho. Ha funcionado muy bien, el engranaje del Grupo Noticias ha funcionado muy bien. Quiero reconocer la labor a los que han estado seis meses haciendo un trabajo de hormiguitas y que fueron los que me pusieron en bandeja un bombón periodístico.

¿Cómo ha sido la experiencia en la localidad de Somoto?

Un poco complicada porque es un sitio muy peculiar, Ana Urchueguía tiene una camarilla allí peligrosa, es una camarilla armada. No he tenido miedo físico, pero si nos han estado buscando, han movilizado a la policía local? El concepto de democracia y libertad de expresión que tienen Urchueguía y su clan allá es entre cero y menos uno.

¿Cómo es Somoto?

Es un pueblo muy disperso, tiene un pequeño centro, son 35.000 habitantes repartidos en comunidades y barrios que están fuera del centro urbano. Lo que más llama la atención es el pedazo ayuntamiento. Lo diseñó personalmente Ana Urchueguía. La cooperación se ha dedicado a hacer obra pública: asfaltado, la piscina, la casa de cultura -que lleva el nombre de ella misma-. Todo se ha hecho adjudicándolo a un constructor, sin una sola licitación pública. La oposición ha intentado por activa y por pasiva saber cuánto eran los costes, los presupuestos? Han cerrado todos los pasos. Urchueguía participaba en los plenos de Somoto.

¿De dónde ha sacado el dinero?

No tengo ni idea, la investigación periodística llega hasta donde llega. Ahora tienen que actuar otros. Tiene que actuar la Fiscalía, el Gobierno, Hacienda, los ayuntamientos que le dieron el dinero a Uchueguía para la ONG, tienen que saber si lo ha usado honradamente o no.

¿Se pone en duda el trabajo de los proyectos de cooperación?

Esto nos tiene que llevar a una reflexión, cómo controlar los fondos de cooperación. Soy partidario de que haya fondos de cooperación, incluso de aumentarlos.

¿Han tenido miedo durante su estancia en Somoto?

Solo hubo un momento de tensión. Después de hacer el trabajo, intentamos hablar con quien todos decían, y todos lo admiten, es el administrador de los bienes de Ana Urchueguía. Para hablar con el administrador, Aquiles García Corrales, hay que ir a la Fundación a la que ella da el dinero. El tal Aquiles, lo primero que hizo fue intentar quitarme el pasaporte. Empezó a llamar al jefe de la Policía, al notario?

¿Qué hizo usted?

Nos fuimos del pueblo porque nos estaban buscando. Decía que habíamos entrado ilegalmente en sus propiedades, es mentira. Ni siquiera hemos bordeado los límites de la ética periodística, ni siquiera hemos necesitado hacerlo, nos han abierto las puertas, han hablado con nosotros?.

¿Si no hubiera tenido esas facilidades?

Si hubiera tenido que bordear los límites de la ética periodística también lo hubiera hecho. Lo que ha quedado claro es que quien ha pasado todos los límites de la ética política ha sido ella. El problema lo tiene ella, no nosotros.