YA tenemos Massiel para este año. La gallega Lucía Jiménez a la que le han impuesto el tema de Que me quiten lo bailao. Viendo el rastro de Lucía Pérez por Internet, se podría decir que es la María Ostiz de nuestros tiempos. Ya saben aquella cantante que casose con un futbolista y que llegó a adoptar el acento gallego para asegurar cantando que: "ojos verdes son traidores, azules son mentireiros los negros y acastañados son firmes y verdadeiros". Lucía Pérez es la candidata incluso a pesar de llevarle la contraria a Boris Izaguirre, censor y defensor de lo genuinamente patriótico, el nuevo Torquemada de "España es diferente y que inventen ellos". Cierto es que poco se puede hacer con los mimbres que llevaron al karaoke de candidatos para Eurovisión. Más parece que todo el concurso fue una manera de pagar el sueldo a personajes francamente desconocidos en el panorama musical y lo dejo aquí porque no repetiré de nuevo la asombrosa aparición de Albert Hamont en este Sarao anualmente repetido.

Y ya que hablamos de gente que propone desnudarse en televisión sin que nadie se lo pida, tal como hacía Izaguirre, en los tiempos de Sardá (Sardá, Boris, Boris, Sardá, cacofonía televisiva que se repite misteriosamente en el tiempo) ahora resulta que Anna Simón, la rubia que aparece con Fló en Tonterías las justas, nos apuesta que si llega al programa número 1.000, se desnuda o como dice ella: "haré un strip-tease sobre la mesa". Y llueve sobre mojado porque ya su competencia más directa de Sé lo que hicisteis aseguraba que si sus agregados al Facebooks no llegaban la millón, Patricia y Miki se tiraban en paracaídas. Cuando uno creía que esta gente trabajaba algo en humor inteligente resulta que en realidad curran a destajo en la herencia que dejara la Bombi de Un, dos tres o la Ramona pechugona de Fernando Esteso.