vitoria. Andreu Buenafuente y sus compañeros de El Terrat han presentado en Bilbao una particular visión de la historia de España en el libro Lo que vendría a ser la historia de España. Un país que les parece divertido, que tiene acontecimientos dramáticos, pero que pueden tener su punto de humor. El humorista catalán se confiesa un mal estudiante, dice que le contaron la Historia en serio y que no la digirió nada bien. Le fascina un personaje de la historia reciente, Franco a quien define como "un tipo bajito, sin carisma, voz de pito y mal follao?". Le gustaría haber coincidido con Picasso y nunca tendrá en su plató de televisión a personajes como el teniente coronel Antonio Tejero.

¿Qué tal le fue en Historia cuando era estudiante?

Regular, no fui un buen estudiante. Pillé la época en la que se contaban las cosas en serio y no me entraba en la cabeza nada de aquello que me decían. Eran rollazos.

¿Cómo ha escrito un libro de Historia sin saber nada de Historia?

Hay una redundancia en tu pregunta. Me he informado y me he informado mucho. Pero es que a través del humor, he entrado suavemente y con más ganas en la Historia. Todos sabemos que es como la asignatura pendiente, hay que revisarla, está ahí? Los estudiosos dicen: Ya lo haremos, ya lo haremos. Y pasa lo que pasa, he tenido que hacerla yo, bueno, nosotros, El Terrat.

Hojeo el libro y veo que se paran bastante en la Inquisición.

Es un tema que nos tiene alucinados. En ese capítulo veo que ha habido una tendencia para ir hacia el olvido. Creo que es un resorte del cerebro: lo chungo, lo olvida. Pero cuando repasas la Inquisición dices: ¡Madre mía, qué barbaridad!

Me temo que usted no hubiera durado mucho en tiempos de los inquisidores.

Ni un minuto, no estaría hablando contigo. La Inquisición es uno de esos tramos históricos de los que un país se tiene que avergonzar. No sé si se ha reflexionado lo suficiente como para decir que eso no puede volver a pasar. El hombre se equivoca mucho, siempre, muchas veces?

Demos marcha atrás, 1492.

El gran año. Ese año tenía que haber sido para vivirlo.

No le veo a usted con Colón y los Reyes Católicos.

No veo por qué no me ves. ¡El papelón que yo haría! Pero visto así, de lejos, parece un año muy lleno de excesos, muy hispano: expulsión de moriscos, judíos, descubrimientos? Es curioso cómo se concentra todo en un año. Un año con una audiencia impresionante. Un año de errores. Quieren ir a las Indias y descubren América, las cosas hay que prepararlas antes de coger el barco. Luego pasa lo que pasa. Impresionante 1492.

La Guerra de la Independencia.

Creo que ahí España, con todas sus luces y sus sombras, tan goyesca ella, saca un poco el pecho. Me gusta la protesta de la calle. Pero es una época muy dura. Luego revisándola, intentas meterle humor a un tiempo negrísimo donde no me hubiera gustado pasar ni un minuto.

¿Se imagina esas épocas con la televisión por el medio?

Imposible, imposible? No hubiera podido ser. El pasado era muy raro, cuanto más lo he estudiado, más me reafirmo en ello. Muy oscuro. Te evito la siguiente pregunta y la hago yo: ¿Podría pasar eso ahora? Posiblemente no. Pasan otras cosas y también graves...

Crisis económica, corrupciones?

Pero estamos informados, no del todo, pero algo sabemos. Antes, iban a tu casa, te mataban y no te enterabas ni tú.

De toda esta historia negra que nos cuentan en su libro, ¿hubiera escogido alguna época para vivir?

Ninguna, ninguna? ¡Qué dices! Yo soy muy positivo y muy sensible?

¡Quién lo diría!

Sabía que ibas a decir eso, claro que soy sensible, tengo la sensibilidad a flor de piel, pero disimulo con la broma. A mí me gusta que haya paz, bienestar, que haya risa; y esas etapas tan negras no me gustan nada.

¿Quién le fascina de esta historia que ustedes cuentan?

Franco, ¡quién va a ser! Un tío bajito, sin carisma, voz de pito, mal follao y que tuvo atenazado a un país durante 40 años, supo mover los hilos para que no pasara nada? Es alucinante. Hay que recordarlo. Al principio de la Democracia, hubo una tendencia para olvidarlo, pero ahí está, ahí está en la historia. Fue alucinante, pero murió en la cama. ¿Volvemos al siglo XXI?

Como quiera. 5-0 al Madrid.

Ves como esta época esta ya mejor. 5-0 al Madrid, si señora, pero yo no jugué, sólo disfruté?

Porque ganaron, ¿no?

Claro que sí, ganar así es para disfrutar. En el programa me preguntaron que por qué machacábamos tanto. Yo reivindico la frescura de poder decir que soy del Barça, parece que no se puede decir?

¿Le gusta el fútbol?

Te lo estoy diciendo. Ya sé por dónde vas a ir. Me gusta un buen partido, pero si el Barça hubiera perdido 5-0 yo no hubiera disfrutado nada, aunque el partido hubiera sido bueno.

¿Tan mal perder tiene?

Tan mal perder no, pero si el Madrid te mete 5 goles en tu casa te quedas tocado. Esto no pasó y no puede pasar.

Un partido que casi se convirtió en una cuestión de Estado.

Sí, la verdad es que sí. Cae en unos tiempos muy tristes y deprimentes donde el fútbol evasión es más verdad que nunca. Para este partido la gente tenía unas ganas que no veas y se vivió de una manera brutal. Pero a mí me gusta que sea así, para eso tiene que estar el fútbol para reír y disfrutar. Yo me he reído mucho con el partido del lunes.

Ríen porque han ganado, ¿eso es deportividad?

¿Quién habla de deportividad? Otro día ganará el Madrid, a otros, por supuesto, y también se reirán, esa será su terapia. Con el fútbol, al día siguiente todo vuelve a la normalidad. Entonces es como una expresión festiva y personal de cada uno que no tiene mayores consecuencias.

Los protagonistas de esa fiesta futbolera cobran un dineral, tanto que resulta obsceno en estos tiempos.

Sí, cobran mucho. Pero es un espectáculo, cógelo por esa parte. Son millonarios detrás de un balón, pero tu visión es?

¿Simplista?

Sí, eso es, es un poco simplista. Es un gran espectáculo, es la era del fútbol. Los futbolistas son vedettes más que otra cosa.

Salgamos del campo de juego y volvamos a su libro. ¿A qué personaje hubiera entrevistado?

A Picasso, me hubiera gustado coincidir con él y conocer a toda esa gente que le rodeó, fue atípico en todo. Es esa gente que se pira y vive en libertad. Curiosamente, él se va de España, pero lleva en la sangre mucha hispanidad: los toros, el sexo?

¿El teniente coronel Tejero no le pone algo?

Ni un poquito. Ese señor me parece una cosa horrible?

¿No le invitaría nunca jamás a su programa?

¡Nooooo! Jamás, en el programa invito a la gente que me gusta. No puedo entrevistar a nadie que no me guste, lo paso mal. De verdad. Es la función que me he marcado, a mi casa viene la gente que me cae bien, gente a la que pondría una copa de vino y a Tejero no se la pondría jamás, pero cuando digo jamás es jamás.