InCOMBUSTIBLE es una de las palabras que mejor definen a Concha Velasco, a quien siempre que está a punto de jubilarse le surge un proyecto que le hace posponer el retiro. A los 20 fue chica de la Cruz Roja, chica ye-yé en la treintena y ahora, a los setenta, será chica de oro.
"¿Cree que vale la pena renunciar en este momento de mi vida a las cosas personales tan importantes que tengo por un trabajo en televisión? Pues sí", afirma rotunda la actriz, que encarnará a la sensata Dorothy en la adaptación que TVE prepara de la serie estadounidense Las Chicas de Oro. Con compañeras de serie como Carmen Maura, Lola Herrera y Alicia Hermida, a Velasco le ha resultado imposible resistirse a este proyecto, que además es un "dulce" si se tiene en cuenta lo que escasean en cine y televisión los papeles para mujeres a partir de cierta edad. "Yo había pensado jubilarme este año, pero ¿cómo se puede decir que no a un proyecto así? ¡Es un pecado! Con el trabajo que cuesta hacerte una carrera profesional sólida, que te tengan en cuenta, ir envejeciendo; cuando ya no se encuentran papeles para señoras mayores que de repente te den esta oportunidad... ¿cómo voy a decir que no?", argumenta. Y eso que en España las cosas pintan mejor que en Estados Unidos, donde a las actrices "a partir de los 30 es que ni las ven, pobrecitas".
A Concha Velasco le salva el teatro, donde las mujeres mayores siempre tienen "la suerte de encontrar una Celestina, una malquerida, hay personajes de señora mayor muy interesantes", mientras que en la pequeña pantalla queda el consuelo de ser madre o abuela. "Pero hacer una Dorothy, que es una mujer irónica, con los pies en el suelo, divorciada con un marido que la dejó por irse con una azafata hawaiana, y con cierta amargura", es, para la actriz vallisoletana, un regalo interpretativo. Velasco comparte con la Dorothy de la serie original, interpretada por Beatrice Arthur, una voz "muy dura y reconocible" y el gusto por la transgresión. ¿Quién no recuerda a aquella actriz "fantástica, con ese aire masculino que tenía, tan alta y con el pelo blanco, sin teñir?".
"Dorothy es el personaje más difícil de los cuatro pero el que más me gustaba", sostiene la intérprete, que compagina la grabación de la serie en Madrid con las funciones de La vida empieza ahora, que está en cartel en Barcelona. Avión va y avión viene mientras anhela estar con su nieto y sueña con "disfrutar un poco de las cosas pequeñas" de las que, recalca, nunca ha podido disfrutar. "Estar en la cama viendo la televisión, ir a comer una hamburguesa... Pues a lo mejor ésa es una pequeña cosa que tengo derecho a disfrutar alguna vez", reclama la actriz, que puede presumir de que nunca se ha quedado en la cama de ninguna de las varias casas en las que ha vivido y que han reflejado diferentes etapas de su vida. "He tenido muchas casas, primero pasando cada vez a mejores y después a peores en un momento de mi vida en que lo había perdido todo", recuerda. No obstante, hace hincapié en que las lecciones aprendidas en el camino no se las ha dado la vida, sino los personajes que ha interpretado: "Me han enriquecido y ayudado más los personajes que yo a ellos. Como decía Mastroianni, yo soy la caja vacía que se va llenando de las emociones que le van aportando", subraya.