SEVILLA. El periodista y escritor Luis del Val apuntó hoy que "una sociedad educada reclamará otro tipo de televisión", apostando por la educación para controlar el medio frente prohibiciones o restricciones, las cuales rechaza, sólo aceptando las leyes y el Código Penal.

En una entrevista concedida a Europa Press, el periodista aragonés, que visitó hoy Sevilla para presentar 'Estamos dentro', se mostró en contra de las protecciones especiales, confesando que "sólo cree en las leyes y el Código Penal". No es partidario, ni le gustan las prohibiciones, hasta el punto de que "aún gustándole lo mínimo los toros, sería un abanderado en contra de su prohibición".

Por otro lado, apuntó que no cree que la televisión tenga una misión educativa, sino que ésta recae sobre la familia principalmente y la escuela. En este sentido, aseguró que "las familias que educan tienen hijos educados, no dependiendo ésta de la asistencia a buenísimos colegios, pero desgraciadamente en esta sociedad todo se delega, incluso la educación".

'Estamos dentro', que retrata el mundo de la televisión a través de dos personajes, el sociólogo reconvertido a periodista Juan Iglesias y la manipuladora presentadora Katy Melvart, hace referencia, según explicó, a que "estamos dentro de las casas y dentro de la televisión y estar fuera significa una frustración enorme para profesionales del medio". Así, expresó que se lucha mucho para estar dentro, porque "fuera parece que la vida se termina".

Según el dueño del Canal 12, Antoine Tabouillier, "el dinero, el sexo y la muerte son las únicas verdades". Del Val lamentó que "estos tres elementos sean los pilares, a veces, de la sociedad, esto es, Eros, Tánatos y el Becerro de Oro lo mueven todo". Añadió que se están convirtiendo en "las columnas de la sociedad, conformando el triángulo sobre la que se asienta una sociedad materialista como la actual".

Las luchas de poder y los juegos sucios también aparecen en la novela, siendo esta vida, según Del Val, "una lucha permanente y constante", donde hay que buscar estar en el "pelotón de cabeza, pues sino te marginan". En este punto, precisó que algunos se marginan por "evasión" o por "causas nobles", citando como ejemplos, viajando hacia el mundo de la droga y los misioneros, respectivamente. "LA TELEVISION QUE NOS MERECEMOS"

"España tiene la televisión que se merece", afirmó, aclarando que la sociedad es libre de elegir ver un programa u otro, ya que nadie obliga a atender determinados programas. "En la televisión hay opciones, incluso la opción de no verla", dijo. Asimismo, aseguró que "teme que la televisión es reflejo de la sociedad", si bien, precisó que le gustaría pensar que la televisión es "un espejo cóncavo o convexo que deforma la realidad, pero cuando se asoma a ésta comprueba que la televisión es un espejo plano reflejo de la sociedad".

Con los personajes de Juan Iglesias y Katy Melvart, Del Val da un vuelco a la creación de sus personajes, pues siempre le habían dicho que sus hombres eran "tontorrones" y las mujeres, "interesantes y buenas". Además, tras viajar al siglo XVI en 'Afán de gloria', era "una necesidad" regresar al siglo XXI, resaltando de éste "la comunicación como elemento que ha transformado la sociedad en todos los sentidos".

Así, señaló que el uso del móvil ha creado "una ansiedad de comunicar" en los jóvenes, "más que de hablar", pues a veces no hay nada que decir. Algo similar, según indicó, sucede en la televisión, pues "está comunicando constante y no siempre tiene cosas que decir".

"MONSTRUOS CONTEMPORANEOS"

Esta vuelta le ha servido, según confesó, para buscar una explicación de lo que está pasando en la televisión, donde ha observado como las mismas personas que protagonizan la parrilla por la mañana, lo hacen por la tarde y por la noche, a lo busca una explicación. En este sentido, Del Val señaló que estas personas son "un fin en sí mismo, no un medio" y dijo que "jamás la prensa creó personajes que no tuvieran consecuencias, es decir, en los medios hasta ahora todo efecto tenía causa o lo que es lo mismo aparecía uno porque era asesino, Teresa de Calcuta o tocaba bien el violín, pero ahora hay un efecto sin causa". En este sentido, concluyó que la televisión se ha convertido en "la fabricación de los monstruos contemporáneos de usar y tirar, de la misma manera que se enaltecen, luego desaparecen y son desechados".

Asimismo, dijo que son "productos extravagantes y que no tienen que ser pesonajes convencionales, sino anticonvencionales, es decir, pasando de lo grosero a lo maleducado, nunca la exquisitez".

La televisión, según Del Val, es "una industria de entretenimiento, más que de información, donde la imagen prima sobre la información y la importancia de las noticias". "Lo espectacular prima sobre la información", aseguró.