pamplona. Muchos se preguntan diez años después por qué Mercedes Milá aceptó presentar un programa de esas características y que llegaba a televisión con un telón de fondo impregnado de polémica. Ella añadió más pimienta a este guiso televisivo diciendo que era algo más que un reality, era "un experimento sociológico". Hoy va más allá y ha superado esa definición, ahora es un experimento antropológico. La emblemática presentadora del concurso que ha revolucionado la televisión mundial sigue pisando el acelerador del reality, aunque no se ha convertido en adicta aún. Dice que no es visceral, es pasional, y pide a los que se rasgaron las vestiduras en su día que se las cosan.
Vuelva la vista atrás y recuerde lo que más le impresionó de aquella edición.
La novedad, el cúmulo inagotable de material que salía de la casa, y el apoyo descomunal de los espectadores desde el primer día.
Es un tópico pero, ¿sigue pensando que "Gran Hermano" es un experimento sociológico?
He superado esa definición y ahora creo que no sólo es un experimento sociológico, sino que diría que se amplía a experimento antropológico.
¿Que ha supuesto para usted este programa?
Gran hermano llegó en un momento crítico de mi vida. Hacerlo fue una decisión arriesgada de la que jamás me he arrepentido. Entre otras muchas cosas, me ha enseñado a hacer otra televisión y a ganarme muy bien la vida.
Muchos se rasgaron las vestiduras, ¿qué les diría ahora?
Que se las cosan.
¿Cree que fue un formato que cambió la televisión?
Los que saben de televisión, los técnicos, los entendidos, dicen que Gran hermano abrió un camino nuevo que no había sido recorrido antes. Sólo el paso del tiempo dirá si eso es así.
¿Esperaba que durase tanto tiempo?
No. Nadie lo esperaba, ni sus creadores.
¿Guarda alguna relación especial con los concursantes?
Sí. Los tengo muy presentes.
¿Cómo asumió las críticas, algunas muy personales?
Hace muchos años que empecé a generar músculo frente a las críticas. Siempre las he respetado, aunque muchas veces lo siga pasando mal con algunas de ellas.
¿Se ha hecho adicta al concurso, seguirá presentándolo?
No soy adicta más que a la literatura y al deporte.
¿Cuántas anécdotas puede contar de todas la ediciones que ha vivido?
Soy muy mala recordando anécdotas. La sola palabra anécdota me paraliza y me deja la mente en blanco. Hay expertos en anécdotas y yo no lo soy.