EL trabajo de divulgación en euskera publicado por el veterinario Asier Alvite Arregui, y galardonado recientemente con el premio especial Nieker (en el marco de los premios CAF-Elhuyar), ha puesto el foco en una de las reses autóctonas de Euskadi y Navarra. 'Betizua, Europako azken behi basatia desagertzear?' ('Betizu, la última vaca salvaje europea en extinción?') es el título del trabajo premiado con este galardón que econoce e impulsa la divulgación en euskera de temas e investigaciones relacionados con el sector agroganadero y forestal.

La raza betizu ha sobrevivido durante siglos en nuestro entorno porque está muy bien adaptada a la accidentada orografía y al clima húmedo de Euskal Herria. Han permitido una ganadería extensiva y sostenible además de ser un complemento económico para los baserritarras.

Sin embargo, el envejecimiento de la población en las zonas rurales y una constante desaparición del medio socioeconómico y ambiental tradicional, están provocando la disminución de población animal en nuestros montes, praderas y bosques. "De ahí la necesidad de dar a conocer la delicada situación que vive la raza para que la sociedad ponga en valor este patrimonio y que estos animales se integren en el sector rural, la naturaleza y la economía extensiva, lo que les lleve a permanecer otros tantos siglos con nosotros", señala Alvite en su trabajo.

Actualmente, la betizu se encuentra en las principales zonas montañosas del País Vasco y en todas las provincias, excepto en Álava y Zuberoa. Es decir, Navarra, Gipuzkoa, Bizkaia, Lapurdi y Baja Navarra.

Al moverse libremente en estado semisalvaje, la betizu ayuda a mejorar el crecimiento y la calidad de los pastos y controla la acumulación de materia muerta y seca, contribuyendo así a combatir los incendios.

Al pastar en los montes durante todo el año realizan una labor muy importante e imprescindible para el mantenimiento del paisaje y la biodiversidad, ya que se alimentan de hierbas, ramitas, brezos, arbustos, hojas y cortezas, un tipo de pasto diferenciado del que consumen otros tipos de ganado como las ovejas latxa o las pottokas, por lo que el pastoreo conjunto o rotatorio de estas especies hace que el monte permanezca limpio.

Carne de gran calidad

Si bien la carne de la raza betizu es de excelente calidad, se produce en menor cantidad que en otras razas cárnicas especializadas y preferidas por los ganaderos dedicados a la ganadería intensiva y comercial, las cuales requieren de una producción con grandes necesidades, como piensos, medicamentos, estabulación, consumo de combustibles fósiles, etc.

Comprobado está que las betizu trabajan perfectamente en la limpieza de los montes, en la prevención de incendios y en el mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje pero, según señala Alvite "vender los terneros que pastan en el monte con un menor coste de producción y crear un sello de calidad permite al ganadero obtener un complemento económico", señala este veterinario.

En su opinión, otro aspecto positivo sería introducir esta raza en parques y reservas naturales -como Pagoeta (Gipuzkoa)- para su uso a modo de banco genético de pureza.

Investigación Por otro lado, se ha demostrado la utilidad de las investigaciones genómicas puestas en marcha en 2020 con reses de la Asociación Betizu de Gipuzkoa, que pastan en el Parque Natural de Aia, con el objetivo de recoger información que contribuya a la conservación y supervivencia de la betizu. Esta información permite tomar decisiones importantes respecto a la conservación de esta raza autóctona. Por ejemplo, "identificar el origen de los parentescos desconocidos y poder realizar una adecuada planificación de los cruces de las hembras y de evitar el exceso de consanguinidad".